Los príncipes de Gales se habrían distanciado de los duques de Sussex tras sentirse opacados por Meghan Markle
Meghan Markle y el príncipe Harry decidieron que no se callarían más. Durante la segunda parte de su documental en Netflix, la pareja habló sobre su relación con los príncipes de Gales Guillermo y Kate, con quienes, al parecer, mantienen tensión desde hace algún tiempo.
Según reveló el hijo menor de Lady Di, su decisión de abandonar sus deberes como miembro de la familia real no fue el inicio de la brecha entre él y su hermano, sino que, en realidad, fue la llegada de Meghan al palacio lo que desató el caos.
De acuerdo a las declaraciones de Harry, los roces con Kate y Guillermo empezaron cuando Meghan se convirtió en la protagonista de la familia real, acaparando la atención de los medios. "Cuando alguien que viene de fuera y que debería ser una segundona te roba los focos o hace el trabajo mejor que quien ha nacido para hacerlo, eso molesta y altera el equilibrio", dijo.
La popularidad de la exactriz hizo que los medios británicos inicien comparaciones entre su labor y la de Kate Middleton, su físico, su relación con la reina Isabel II, entre otros puntos que solo agobiaban a Markle hasta hacerla pensar en el suicidio.
"Esto decían de una, esto decían de otra. Si no ves la diferencia y no entiendes que se informe de esa manera, no puedo ayudarte", dijo Meghan reprochando que la familia de su esposo no le brindara apoyo en aquella situación.
La presión social, los comentarios de la prensa, y el constante acoso que recibía de los paparazis, ya sea para hacerla competir con su cuñada, o hablar sobre su origen, solo empeoraron los pensamientos de Markle. “Me asustaba mucho, y pensaba que todo se acabaría si no siguiera aquí. Y lo veía muy claro”.
Sobre ello, la duquesa de Sussex mencionó que el palacio no le permitió buscar ayuda profesional, aunque estaba segura de que quería tratarse. “Quise buscar ayuda pero no me dejaron. Les preocupaba cómo quedaría la institución”, dijo.
Al ver que la salud mental de Meghan estaba empeorando, Harry se sintió culpable puesto que, según dijo, actuó como una persona institucional y no como un esposo, de lo cual se siente avergonzado. “Me habían entrenado para preocuparme por qué va a pensar la gente si no vamos a este evento. Cuando pienso en eso me odio por aquello. No podía darle lo que necesitaba de mí”, dijo.