En medio de un torbellino de rumores sobre una posible crisis matrimonial con Hailey Bieber, el cantante canadiense Justin Bieber protagonizó una escena de tensión que dejó en evidencia más que su molestia.
Fue en Palm Springs, California, donde la calma del intérprete se desmoronó frente a las cámaras de unos paparazzi decididos a capturar "la imagen del día". Justin, de 31 años, intentó pasar desapercibido al visitar una cafetería junto a tres amigos. Pero no lo logró. En cuanto lo vieron, los flashes comenzaron a dispararse como si fueran alarmas. Él, con una sudadera mal puesta, bermudas negras y calcetines a cuadros, no pudo ocultar su furia.
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“No, no, nada de buenos días”, dijo con voz cortante, mientras se cubría el rostro. “Dinero, dinero, dinero... váyanse de aquí. ¿Es lo único que les importa, el dinero? No les importan las personas, no les importan los seres humanos”, gritó, elevando el tono con cada palabra.
recent video shows Justin Bieber crashing out on paparazzi pic.twitter.com/Q3BJ4ny1kd
— kira 👾 (@kirawontmiss) April 9, 2025
La escena dejó ver una versión de Bieber que poco se ve en sus redes: vulnerable, frustrado, y evidentemente afectado por los comentarios que rodean su vida privada. La relación con Hailey, con quien comparte la crianza de su perro Jack Blues, está bajo lupa. Se habla de unfollows en Instagram, reconciliaciones digitales y días especiales como San Valentín que no logran apagar las alarmas.
Aunque hace apenas unos días fueron vistos tomando helado en Cold Stone, acompañados de amigos como Lori Harvey, el gesto relajado contrasta con la creciente preocupación de sus fans. Muchos comentan que Justin luce demacrado, que sus publicaciones parecen aleatorias y desconectadas, y que su salud emocional podría estar tambaleándose.