Aunque unos lo manifiesten más que otros, el temor frente a la violencia desatada en Ecuador en los últimos días afecta a todos. Llegar a casa sano y salvo y sin presenciar algún acto delincuencial podría decirse que se ha convertido en una hazaña.
De alguna manera, ese entorno violento entra a los hogares en forma de emociones que cada persona expresa de diferente manera, justamente en esas diferencias se pueden suscitar roces en la dinámica de las relaciones de los miembros de la familia.
Pongamos el ejemplo de una pareja. ¿Qué pasa si uno canaliza la angustia hablando frecuentemente del tema, leyendo en voz alta las noticias más impactantes sobre muertes violentas, mientras la otra persona vive su temor en silencio y busca alternativas para “pensar en otra cosa?”.
“Lo primero es el respeto frente a las diferencias y luego, buscar acuerdos o negociaciones sobre cómo van a manejar la comunicación entre ellos y con sus hijos, si los tienen”, dice la psicóloga clínica Cecila Fochesatto.
Quien quiere hablar continuamente del tema puede buscar otros interlocutores para hacerlo y no necesariamente su pareja y la persona que prefiere no hablar puede entablar pequeños diálogos cortos sin llegar a sentirse abrumada.
Fochesatto destaca que el apoyo no se brinda solamente desde las palabras y los diálogos, sino también desde el contacto físico y el contacto emocional desde la intimidad. “Estos son momentos en los que se debería extremar la sensación de cuidado por los otros y de ternura puertas adentro. El contacto físico, el abrazo, la caricia, el hacer actos de amor y de servicio especiales por el otro es fundamental en estos periodos”, señala.
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Por otro lado, es recomendable tratar de mantener las rutinas en lo posible, sobre todo para los niños es importante que los días sean lo más parecidos a la cotidianidad a la que están acostumbrados, dando espacio para que los más pequeños también puedan expresar sus temores y darles información simple como que hay una situación afuera que requiere extremar los cuidados. A veces los cuentos, las historias inventadas y los dibujos permiten abordar estos temas de manera menos estresante.
Cada familia debe implementar su propia estrategia para manejar estos tiempos desafiantes de la mejor manera.