El parque temático Seaworld, de San Diego, Estados Unidos, informó que Amaya, una orca de seis años falleció el pasado jueves en las instalaciones. En un comunicado, el parque indicó que la orca presentó previamente signos de enfermedad.
Amaya era la orca más joven de SeaWorld y las autoridades de la institución dijeron que si bien estaba enferma, no esperaban que se complique tan rápido, por lo que su muerte fue inesperada. Según la CNN, al cetáceo le practicarán un examen post-mortem para identificar la causa de su muerte.
“Amaya comenzó a mostrar señales de enfermedad el 18 de agosto, y especialistas en atención animal y veterinarios comenzaron a tratarla de inmediato. A pesar de los esfuerzos de su equipo de cuidados, la condición de Amaya siguió empeorando rápidamente. Su muerte fue repentina e inesperada”, expresó el parque en el comunicado.
Amaya compartía espacio con su madre Kalia y su padre Ulises, según el sitio web del parque. Era descrita como una ballena “juguetona” que cumplió una gran labor en la recolección de datos para los especialistas faunísticos, sobre las crías de las orcas.
SeaWorld afirmó que los cuidadores de la ballena estaban desconsolados ante la noticia y que lamentan que muchas personas no hayan podido conocer a Amaya.
La muerte de la orca asesina ha puesto sobre la mesa, una vez más, el debate de la crianza de animales en espacios cerrados como parques de diversiones.
“Que lástima por esos pobres animales el encierro les produce depresión y los mata, los animales no deben estar encerrados ninguno, ellos deben estar en su hábitat así debe ser y que las personas dejen de utilizarlos para llenar sus bolsillos”, expresó un usuario en Twitter.
“Todos esos lugares que usan el sufrimiento de animales para beneplácito y distracción del hombre no deben existir”, criticó otra persona.
El escándalo más grande de SeaWorld es probablemente el de la orca Tilikum, que era la estrella del parque de atracciones. Sin embargo, bajo los efectos del estrés por el encierro, se vio involucrado en varios ataques a humanos que resultaron en muertes. La ballena fue aislada y murió de una infección respiratoria, sin cuidados.