Durante el mes de noviembre se celebró el Día Nacional de la Educación y el Día Internacional de la Infancia, una fecha conmemora la adopción de la Declaración Universal de los Derechos del Niño en 1959.
Pero, un informe publicado por la Unicef revela qué tanto se cumplen los derechos de los niños y los retos a los que tendrían que enfrentarse las nuevas generaciones, como la crisis socioambiental.
El estudio denominado “Estado Mundial de la Infancia 2024” muestra que los niños estarán más expuestos a riesgos climáticos en el 2050. Por ejemplo, una de las proyecciones es que dentro de 25 años, la cifra de menores expuestos a olas de calor extremas será ocho veces mayor que en el año 2000. Además, existirá un mayor número de niños en las regiones que tienen menos recursos para protegerlos.
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Pero el panorama no es del todo negativo. Aunque los conflictos armados representan uno de los principales riesgos mundiales para los derechos de la infancia, se espera que menos niños y niñas vivan en zonas que tienen alto riesgo de sufrir conflictos prolongados. De hecho, el número de niños residentes en esas zonas pasará de 833 millones (registrados en el año 2000) a 622 millones en el 2050.
En cuanto a la educación, las previsiones de Unicef indican que, en el 2050, un 95% de niños y niñas completará, al menos, la educación primaria. Y, un 77% completará, al menos, la educación secundaria superior.
Otra de las mejoras que se prevé, según esta institución, es que a escala mundial la desigualdad de género se convierta en un tema menos destacado en la vida de los niños. Pero, a pesar de esto, muchos menores seguirán en sociedades donde la igualdad de género no esté del todo alcanzada, como en África, el país dónde se espera que vivan la mayor cantidad de niñas y niños en todo el mundo.
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Uno de los principales desafíos que tiene el país en materia de derechos infantiles es la educación. Para analizar esta situación, la Universidad Casa Grande realizó una jornada de “Círculos de Diálogo” para mostrar los principales problemas de acceso educativo que existen actualmente.
“El evento se realizó en el Museo Presley Norton, en Guayaquil. El recorrido inició con un espacio de sensibilización para mostrar publicaciones en medios de comunicación sobre las constantes crisis que atravesamos como el tema de energía, la violencia sexual en las aulas y la criminalidad”, detalló Cindy Heredia, especialista en educación y sociedad.
En la jornada de diálogo explicaron que la crisis energética afecta directamente el proceso de aprendizaje. ¿Por qué? Las escuelas dependen de electricidad para utilizar diferentes dispositivos como computadoras o proyectores y así impartir los contenidos de la clase a los jóvenes.
Otra de las afectaciones derivadas de los racionamientos de luz son la suspensión de las jornadas nocturnas de clase o el traspaso a modalidad 100% digital. "Si los niños no tienen energía en sus hogares, no podrán conectarse o hacer las actividades que les envían sus docentes y que requieren de internet", destacaron durante la charla denominada "clases afectadas por apagones".
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Otro tema que surgió en estos conversatorios fue la ola de violencia. ¿Cómo afectan a la educación? Por una parte, existen denuncias de que profesores y miembros de las escuelas han sufrido amenazas y extorsiones. Y, otro problema es la reclusión de niños y adolescentes por parte de bandas criminales.
“Hay que tomar en cuenta que cuando estos niños deciden involucrarse en las bandas es porque la escuela, hoy en día, no está en la capacidad de garantizarles un proyecto de vida. Pero, si hay un grupo que los acoge y les ofrece sostenibilidad económica para ellos y sus familias, a pesar del trabajo que se les pide, los jóvenes lo van a hacer. Es decir, que estamos luchando con enemigos que superan nuestra capacidad de respuesta”, detalla la experta.
Según la publicación “Plan Integral para la Paz, Seguridad y Convivencia Ciudadana de Guayaquil”, 29 escuelas han sido identificadas por la Policía Nacional como sitios de alto riesgo y con posibilidad de sufrir atentados por parte de los grupos organizados. Y, solo en septiembre del 2023, “el Ministerio de Educación tuvo que cerrar 12 planteles educativos en Guayaquil y Durán por la situación de inseguridad”.