El diario estadounidense The New York Times reveló la “enfermedad potencialmente inexplicable" que detuvo el ensayo clínico de la farmacéutica AstraZeneca en conjunto con la Universidad de Oxford, para conseguir una vacuna contra la Covid-19. Según el medio, uno de los participantes del estudio resultó afectado con mielitis transversa.
La mielitis transversa es un trastorno poco común del sistema nervioso, originado por la inflamación de la médula espinal. Según la definición de la Clínica Mayo de Estados Unidos, esta enfermedad “a menudo daña el material aislante que cubre las fibras de las células nerviosas (mielina)” e “interrumpe los mensajes que los nervios de la médula espinal envían a todo el cuerpo. Esto puede causar dolor, debilidad muscular, parálisis, problemas sensoriales o disfunción de la vejiga y del intestino”.
Si bien no se conoce el origen de la enfermedad, hay ciertas sustancias que podrían desencadenarla, como una infección viral, bacteriana, parasitaria o fúngica.
También puede aparecer en trastornos del sistema inmunitario como la esclerosis múltiple, que suele debutar como mielitis. El origen de la enfermedad también podría estar en otros trastornos inflamatorios, como sarcoidosis o esclerodermia; y en patologías de los vasos sanguíneos que afectan a la columna vertebral.
Su tratamiento implica el suministro de medicamentos y terapia de rehabilitación. Aunque la mayoría de pacientes se puede recuperar parcialmente, si el paciente sufrió un ataque severo de la enfermedad puede quedar con discapacidades significativas.
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La vacuna con la cuentan varios países
Según el portavoz de AstraZeneca, que se detenga el ensayo clínico “es una acción de rutina que sucede siempre que hay una enfermedad potencialmente inexplicable en uno de los ensayos mientras se investiga, asegurándonos de que se mantiene la integridad de los estudios”.
El voluntario que se enfermó reside en el Reino Unido.
Esta es la vacuna que había desarrollado AstraZeneca, con sede en Cambridge (Reino Unido), junto a la Universidad de Oxford y cuya eficacia se estaba experimentando en EE.UU., Brasil y Sudáfrica después de que el ensayo hubiera dado resultados positivos en sus fases iniciales, cuando se probó con mil personas en el Reino Unido.
Además, los Gobiernos de Argentina y México, así como la fundación mexicana Slim, llegaron en el mes de agosto a un acuerdo con AstraZeneca y con la Universidad de Oxford para fabricar la vacuna en sus países y, luego, distribuirla a todos los países de Latinoamérica, con excepción de Brasil.
Según informó en agosto el presidente de Argentina, Alberto Fernández, el objetivo era elaborar entre 150 y 250 millones de dosis que estarían disponibles a precios accesibles, con un coste individual de entre 3 y 4 dólares.
Por el momento, se desconocen los efectos que podría tener este incidente en los planes de AstraZeneca para desarrollar la vacuna en México y Argentina.
El portavoz de la farmacéutica, citado por medios locales, aseguró que se "está trabajando para acelerar la revisión de ese incidente único con el objetivo de minimizar cualquier impacto potencial en los planes del ensayo".
AstraZeneca había iniciado la fase 3 de su ensayo en EE.UU. a finales de agosto, según clinicaltrials.gov, un registro del Gobierno estadounidense; mientras que en el Reino Unido, Brasil y Sudáfrica, el estudio de la vacuna estaba entre las fases 2 y 3, de acuerdo a Stat.
AstraZeneca tenía previsto tener su vacuna disponible para el primer semestre de 2021 y estaba considerada como una de las más avanzadas del mundo por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Junto a las farmacéuticas Pfizer y Moderna, AstraZeneca es una de las tres compañías que tienen estudios en la fase 3 en EE.UU.
Esta es la primera vez que uno de esos ensayos para lograr la vacuna contra la COVID-19 tiene que ponerse en pausa por razones de seguridad.
Esto no es un revés
La interrupción de los ensayos clínicos no supone un revés y no es la primera vez que esto pasa, afirmó este miércoles el ministro británico de Sanidad, Matt Hancock.
Esta posible vacuna, considerada una de las más avanzadas que se desarrollan en todo el mundo, estaba en las fases finales de los ensayos clínicos antes de recibir la autorización de los organismos reguladores para proceder a inmunizar a la población.
En unas declaraciones a la cadena SkyNews, Hancock admitió que esta interrupción es "obviamente un desafío para esta particular vacuna. En realidad no es la primera vez que esto le ha pasado a la vacuna de Oxford y es un proceso normal en los ensayos clínicos".
El ministro consideró que la pausa en las pruebas "no es necesariamente" un revés, y "depende de lo que (los investigadores) encuentren cuando hagan la investigación".
"Hubo una pausa antes en el verano (boreal) y eso se resolvió sin problemas", añadió el titular de Sanidad.
AstraZeneca no ha facilitado información sobre el estado de salud del voluntario que ha enfermado, pero los medios destacaron este miércoles que se espera su recuperación.