A pesar de las recurrentes malas noticias por el coronavirus en Brasil, el caso de un paciente con sida de 35 años que logró curarse usando únicamente medicación, es motivo de celebración en la comunidad científica.
El paciente que vive en São Paulo no requirió agresivos trasplantes de células madres, para curarse. Según los resultados médicos, sobre los que los propios investigadores pidieron cautela y no sacar conclusiones precipitadas, fueron revelados en el marco de la 23 Conferencia Internacional del Sida que se celebra estos días de forma virtual a causa de la pandemia de COVID-19, pero que originalmente debía haber tenido lugar en San Francisco.
Según un artículo publicado en la revista Science, el paciente fue tratado durante años con una combinación de antiretrovirales y nicotinamida, un tratamiento que fue interrumpido en marzo de 2019, y, desde entonces, el VIH (virus de la inmunodeficiencia humana) sigue sin haberse detectado tanto en su ADN como en su ARN.
La aparente ausencia de VIH en la sangre del bautizado como "paciente de São Paulo" quince meses después de terminar el tratamiento lleva a pensar que este podría haberse curado, aunque los propios responsables del estudio alertan de que no se dispone de resultados lo suficientemente definitivos ni ha pasado el tiempo necesario para así considerarlo.
La investigación fue liderada por el doctor Ricardo Diaz de la Universidad Federal de São Paulo en Brasil.
Hasta la fecha, solo se tiene constancia de dos personas que hayan sido curadas oficialmente de sida: Timothy Ray Brown, conocido como "el paciente de Berlín" y Adam Castillejo, conocido como "el paciente de Londres".
Ambos se sometieron a operaciones quirúrgicas muy complejas y agresivas como parte de sendos tratamientos contra el cáncer que implicaron el trasplante de médula ósea con células madre resistentes a la infección por VIH, lo que permitió que sus cuerpos creasen nuevos sistemas inmunitarios libres de sida.
Pese al éxito de estos dos casos, se trata de operaciones muy complicadas, extremadamente caras y que conllevan peligros para el paciente, por lo que su uso a gran escala resulta impracticable.