Una reciente investigación científica descubrió puntos relevantes para comprender el proceso del Alzheimer en el cerebro. Esta enfermedad la perdida progresiva de la memoria, es la forma más común de demencia a nivel mundial y hasta ahora la evidencia médica no era suficiente para reconocer su funcionamiento precisamente.
El grupo de investigadores de la Universidad de Cambridge halló pruebas de que el Alzheimer no empieza en un punto fijo del cerebro para expandirse y matar células, sino que comienza en varias regiones del órgano.
A través de la producción de grupos de proteína tóxica, mata las células, lo que produce el deterioro cognitivo, según los resultados de la investigación.
Para lograr estos hallazgos, los científicos utilizaron muestras de pacientes con Alzheimer ya fallecidos. Se los comparó con análisis PET de pacientes vivos, algunas con un deterioro cognitivo leve y otros con la enfermedad avanzado. Esto se hizo para seguir el paso de la agregación de proteína tau.
Esta y otra más, la beta-amiloide, son proteínas clave que se atascan en agregados, producen la muerte de las células y que el cerebro se encoja. Así se produce la perdida de memoria, dificultas para realizar actividades diarias e incluso cambios en la personalidad.
La escala en la que se mide el grado de Alzheimer es denominada “Escala Braak”. Los investigadores descubrieron que toma 35 años pasar de la etapa tres (con síntomas leves) hasta la seis, es decir, la más avanzada.
Anteriormente la ciencia se había basado en estudios del cerebro de especies animales para entender la enfermedad, por su complejidad de diagnóstico al poder ser confirmada únicamente al analizar el tejido cerebral del paciente después de su muerte.
“Se pensaba que el Alzheimer se desarrolla de una manera similar a muchos cánceres: los agregados se forman en una región y luego se diseminan por el cerebro. Pero, en cambio, descubrimos que cuando comienza la enfermedad de Alzheimer ya hay agregados en múltiples regiones del cerebro, por lo que tratar de detener la propagación entre regiones hará poco para frenar la enfermedad”, explicó el doctor Georg Meisl del Departamento de Química Yusuf Hamied de Cambridge, para el artículo publicado en la revista Science Advances.
En esta investigación se utilizó por primera vez sujetos humanos análisis y se logró a través del enfoque de la cinética química desarrollado por Cambridge en los últimos 10 años. Este proceso hace posible el rastreo de la agregación y diseminación en el cerebro.
“Esta investigación muestra el valor de trabajar con datos humanos en lugar de modelos animales imperfectos”, expresó otro de los investigadores, el profesor Tuomas Knowles.
“Es emocionante ver el progreso en este campo, hace quince años, los mecanismos moleculares básicos fueron determinados por nosotros y otros para sistemas simples en un tubo de ensayo; pero ahora podemos estudiar este proceso a nivel molecular en pacientes reales, lo cual es un paso importante para algún día desarrollar tratamientos”, añadió.
Es así que los científicos identificaron que los agregados de tau se replican en un periodo de hasta cinco años.
“Las neuronas son buenas para detener la formación de agregados, pero tenemos que encontrar formas de mejorarlos aún más si vamos a desarrollar un tratamiento eficaz”, detalló el profesor Sir David Klenerman, del Instituto de Investigación de Demencia del Reino Unido.
“Tau es una proteína culpable de numerosos tipos de demencia y tendría sentido explorar cómo se expande en enfermedades como la demencia frontotemporal. Esperamos que este y otros estudios similares ayuden al desarrollo de futuros tratamientos que se dirijan a la tau, de modo que (ellos) tengan una mejor oportunidad de enlentecer el proceso de la enfermedad y sean beneficiosos para las personas con demencia”, manifestó Sara Imarisio, del instituto Alzheimer’s Research UK.
Los científicos aseguran que la metodología de investigación que han implementado podría ser efectiva para establecer tratamientos para el Alzheimer. Esto se debe a que su principal objetivo es analizar el proceso de la enfermedad. Adicionalmente, el enfoque podría utilizarse para otras enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson.