El reporte de 2022 define cuál es nuestra personalidad musical y nuestros estados de ánimo según las canciones que escuchamos en el día y nos muestra en stories para compartir en redes sociales. Estos datos ¿revelan realmente nuestro yo musical?
La música es parte de nuestra identidad. Desde la adolescencia, las personas empezamos a construir nuestro yo, muchas veces diferenciado del de nuestros padres, a partir de experiencias que aportan significado. Una de ellas es la escucha musical y es que nos conectamos emocionalmente con los artistas, géneros y canciones que reproducimos porque en sus letras o melodías representan nuestros estados de ánimo o los momentos que vivimos en nuestro día a día.
La escucha musical es una práctica mucho más personalizada que en los años de la radio, gracias a la mediación de los algoritmos de plataformas de streaming, la relación individual que construimos con la música se convierte en un dato estadístico, al igual que nuestra identidad musical.
Spotify lleva un buen tiempo entrenando a su sistema de algoritmos para que identifique nuestros patrones de consumo y gustos musicales, y nos recomiende contenidos que, en teoría, nos agraden. La finalidad es conseguir que nos sintamos reconocidos en nuestras individualidades para que sigamos interactuando y generando los datos que la plataforma (vista como empresa) necesita para ofrecer a los anunciantes.
Como una forma de agradecimiento a sus suscriptores (por permitir el uso de su información personal), Spotify lanza cada año una recopilación personalizada sobre el consumo musical de sus usuarios, llamado Spotify Wrapped.
Dentro del reporte, el usuario puede (re)conocer cómo ha sido su año musical que va desde el 1 de enero hasta el 15 de noviembre. Para hacer este reporte, el sistema solo toma en cuenta las canciones y los podcasts que han sido escuchados por más de 30 minutos.
Spotify Wrapped presenta como su producto principal una lista con las 100 canciones más escuchadas por los usuarios, aunque solo las 10 primeras son los que tienen un mayor número de reproducciones. A más de ello, el reporte muestra los top 5 de los géneros, los artistas y los podcasts que más ha consumido el suscriptor, en formato de stories que solamente se pueden ver en la interfaz de la aplicación móvil de la plataforma.
Como novedad, en el reporte de 2022, la plataforma añadió dos nuevas categorías: Listening Personality y My Audio Day. La primera consiste en la clasificación de la identidad del oyente (usuario) en una de las 16 diferentes personalidades que ha establecido el equipo de marketing y diseño que se basan en estos cuatro tipos de opuestos: a) familiaridad/exploración b) lealtad/variedad, c) atemporalidad/novedad, y d) común/único.
Con base en la combinación de estas categorías el usuario puede ser clasificado dentro de estas cuatro personalidades a) Early Adopter, que es al que le gusta lo primero que escucha; b) Deep Diver, que es el que navega por la discografía del artista que le gusta, c) Replayer que es quien escucha una y otra vez las mismas canciones, c) Adventurer que es al que le gusta explorar entre géneros o artistas diferentes, o d) Fanclubber que es el que le es fiel a sus artistas favoritos.
Los usuarios son categorizados en una de estas personalidades, por medio de la identificación de sus patrones de consumo musical a partir de la medición del número de veces que escucha a un artista o canción, cómo reproduce la música (aleatorio o repite la canción), si accede a los nuevos lanzamientos, si explora el catálogo de artistas o playlist, entre otras. Según Spotify, mi personalidad musical es “aventurera” y asumo que se debe a que, en realidad, paso un buen tiempo navegando por las playlist editoriales y los mixes que me recomiendan los algoritmos.
Esta forma de categorizar la identidad de los usuarios tiene relación con la clasificación de los 16 factores de personalidad desarrollado por Raymond Cattell en los 90, que se ha vuelto popular en las plataformas de redes sociales. Desde una lectura más amplia, esto significa que la compañía de streaming continúa reproduciendo la práctica positivista de clasificar a las personas por sus comportamientos, lo cual viene bien para las estrategias de marketing digital.
En cuanto a My Audio Day, se trata del análisis del “día musical” del usuario desde la mañana, el mediodía y la noche. Para ello, la plataforma utiliza su sistema de machine learning el cual asocia la frecuencia de la música que reproduce la persona con un estado emocional. A partir de eso, clasifica la actividad de reproducción de sus suscriptores en diferentes categorías que responden a estados emocionales.
En mi caso, los algoritmos han clasificado mis días musicales como mañanas caóticas, sombrías y espeluznantes; mis tardes como llenas de caos, dolor y angustia y mis noches como relajantes y de buen ánimo. Tengo una explicación para esto que no involucra mi perfil psicológico, sino que tienen que ver con mis gustos musicales y mi actividad de usuaria.
Así pues, en las mañanas, prefiero escuchar música para energizarme y generalmente suele ser metal (en cualquiera de sus subgéneros); en las tardes, para trabajar, me gusta escuchar post punk, dark wave o metal progresivo para concentrarme y para leer o escribir; en las noches me gusta reproducir playlists de trip hop o indie. Entonces, la plataforma ha representado mi conexión emocional con la música que escucho por medio de categorías que, según mi análisis, responden a cómo los medios y la industria cultural han representado a los géneros musicales y sus comunidades de oyentes. Por ejemplo, en las películas o series se muestra a una persona que escucha metal como agresivo, pero todos sabemos que en la vida real no siempre es así.
Frente a esto, es evidente que los datos que recibimos de reportes como Spotify Wrapped influyen en nuestro propio conocimiento sobre cómo construimos nuestra identidad vinculada con la música que nos gusta o descubrimos que nos agrada. Además, activa nuestra memoria sobre lo que sentimos, hicimos o pensamos cuando reproducimos una canción en un día o un periodo significativo de este 2022. Por eso, el lanzamiento de la revisión anual de Spotify genera expectativa, la misma que sirve a la plataforma para crear tendencias en plataformas de redes sociales que le permitan ganar visibilidad y promocionar sus servicios.
En suma, Spotify percibe a sus usuarios como targets emocionales que participan con la plataforma y sus algoritmos de acuerdo con sus estados de ánimo. Sin embargo, si pensamos que reportes como Wrapped se alimentan y lucran con nuestra información, siempre se puede jugar con el algoritmo. Ahora, invito al lector usuario de Spotify a revisar su propio reporte anual y preguntarse ¿soy realmente yo?
*Andrea Angulo Granda. Es candidata doctoral en Comunicación en la Universitat Pompeu Fabra, docente en la Universidad de las Américas e investigadora sobre consumo musical y cultura digital.
*Esta es una colaboración para la redacción de Cultura en Renglones.