Una iniciativa arquitectónica e inclusiva en Babahoyo busca dotar de un espacio seguro a las personas LGBTIQ+ y aportar con herramientas educativas a personas con discapacidad auditiva.
A los 9 años, Vivian Rodríguez perdió completamente la audición a causa de paperas. Desde entonces tuvo que enfrentarse a un mundo poco inclusivo, en el que casi nadie utiliza la lengua de señas, ni en escuelas o espacios públicos. Durante su adolescencia habían temporadas en las que se quedaba en cama todo el día, sin voluntad para continuar.
La discriminación por su discapacidad auditiva no es la única que enfrenta, Vivian es una mujer lesbiana, lo que también le ha hecho vivir situaciones de rechazo y exclusión.
De esta dura realidad que viven miles de personas invisibilizadas, nace el proyecto "Casa Flotante Diversa", un lugar dedicado a la enseñanza de la lengua de señas y en donde personas LGBTIQ+ podrán encontrar espacios libres de discriminación.
Apenas supieron la noticia de su discapacidad auditiva, los padres de Vivian se acercaron a la escuela a la que asistía en Babahoyo, en la provincia de Los Ríos, para explicar a los profesores la situación actual de su hija. Desgraciadamente no hubo una solución, Vivian tuvo que adaptarse al sistema y aprender a leer los labios de sus profesores. Hoy, ella describe esta decepción con un “estamos pero no es estamos”.
“No eran sensibles”, asegura. No le quedó otra solución que acostumbrarse a sentarse en primera fila y adelantarse en sus estudios o a las lecturas que enviaban los profesores, para tratar de entender algo de lo que se hablaba en clase. Por años sufrió la ausencia de apoyo de parte de sus profesores de escuela y colegio.
Logró culminar sus estudios, pero sin la motivación de ingresar a una universidad. Optó por seguir cursos de cocina, aprendiendo de lo que veía. “No quiero nada que hable, sino que pueda ver”.
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A los 13 años tuvo su primer contacto con la lengua de señas por medio de testigos de Jehová. Sin embargo, quienes le enseñaban realizaban ciertas modificaciones a la lengua y lo aprendió únicamente desde lo religioso, nada de terminologías académicas o formales.
En un viaje a Quito por un seminario de discapacidad, Vivian -acostumbrada a sentarse en primera fila para leer labios- encontró que había un traductor de lengua de señas, y descubrió lo "mágico" de comprender todo lo que decían los expositores. El ver a personas en su misma situación dentro de un espacio con un traductor de señas, la impactó, nunca antes había vivido algo similar.
Estas personas la guiaron en el aprendizaje de la lengua de señas en Quito. Luego de 12 años de su diagnóstico, Vivian, ahora con 28 años, logró aprender un lenguaje que le permitió tener otro método de comunicación.
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Según datos de Atlas Sordo, en Ecuador existen 67.929 personas con discapacidad auditiva y apenas doce instituciones educativas especializadas en la Lengua de Señas Ecuatoriana (LSEC). Aun así, no se tiene datos de cuántas personas sordas se comunican por LSEC en el país.
Vivian explica que es más complicado para personas de zonas rurales aprender LSEC, a diferencia de las que viven en las grandes ciudades. Solo en su entorno conoce a 20 personas con esta discapacidad y apenas 2 han aprendido la lengua de señas. “No es lo mismo una persona sorda de ciudad que una persona sorda rural”.
Su experiencia de vida la llevó a empezar el proyecto "Casa Flotante Diversa", una iniciativa que busca solucionar las ausencias físicas de dos comunidades históricamente excluidas (comunidad sorda y comunidad LGTIQ+).
Será un espacio físico donde se pueda difundir la lengua de señas, crear talleres de educación y lograr gestionar trabajos para personas con discapacidad y de la diversidad sexual en la ciudad de Babahoyo.
Vivian espera construirlo bajo cuatro módulos: cafetería, área de clases de lengua de señas ecuatoriana, patio de venta de productos locales y mesas para impartir talleres de arte.
El proyecto Casa Flotante Diversa tiene como objetivo recaudar $10.000 para su construcción. Cualquier persona u organización puede aportar ingresando a la página de crowfounding: www.hazvaca.com, o a través de depósito directo a Vivian Rodríguez.