Toda crisis es una oportunidad. Una frase muy conocida que se ajusta a la actualidad del sector inmobiliario residencial del país, que tras afrontar las primeras semanas del impacto del COVID-19 ahora implementa estrategias para la comercialización de las soluciones habitacionales.
El panorama es complejo, pues hasta la última semana de mayo se estimaba una pérdida superior a los 15.000 millones de dólares en la economía nacional y había 115.000 despidos registrados en el Ministerio del Trabajo, a consecuencia de las medidas adoptadas para la contención del virus. ¿En este contexto quién pensaría comprar una vivienda o departamento? Es la pregunta lógica, pero hay elementos que cambian este criterio.
El primero, es el déficit habitacional. En Ecuador, más del 30 por ciento de los hogares (alrededor de 1,4 millones) no tiene casa propia o debe mejorar las condiciones de sus viviendas actuales.
A ello se suma, que cada año hay entre 58.000 y 60.000 matrimonios, que en muchos casos demandan casa nueva; y el crecimiento poblacional, que está en el 1,5 por ciento, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Por ello, las compañías inmobiliarias están reactivando su actividad en su total dimensión. Un ejemplo fue el lanzamiento virtual que realizó la empresa Pronobis del proyecto Midtown, que se levantará en el Km 1,5 de la vía a Samborondón en un terreno de cuatro hectáreas.
El primer edificio del complejo será Midtown 100, con estará formado por tres bloques ubicados en forma de U con aproximadamente 28.000 m2 de construcción y una amplia piscina central.
Juan Albán, gerente general de Pronobis, explica que este edificio tendrá 78 departamentos, 48 oficinas y 16 locales comerciales, generando un concepto multifuncional, el cual se complementará con 6 lobbies independientes, diversos amenities y áreas sociales de acuerdo con modernas tendencias arquitectónicas.
“Este edificio será el más inteligente de Samborondón, ya que incluirá acceso con reconocimiento facial y entrada con tarjeta magnética en lobbies y áreas comunes”, afirma el directivo, tras resaltar los sistemas de automatización escalable y de domótica que tendrá la construcción.
La primera fase del proyecto demandará una inversión inicial de 40 millones de dólares.
El Grupo Promotor A&B preparó a su personal y sus proyectos para la atención presencial de los clientes. Foto: ortesía Grupo Promotor A&B.
Operación continua
Las compañías inmobiliarias no pararon totalmente sus operaciones durante las medidas de restricción por el COVID-19. Solo suspendieron las actividades de construcción de viviendas.
“Los departamentos comerciales, financieros y de servicio al cliente que pudieron realizar la modalidad de teletrabajo siguieron aportando todo su esfuerzo para cumplir con sus responsabilidades”, manifiesta Iván Torres, vicepresidente Comercial del Grupo Promotor A&B, que lleva adelante los proyectos Ciudad Celeste, Villa Club, La Joya y Villa del Rey.
El proceso de atención se transformó en cien por ciento digital, desde el tour virtual de las casas hasta la asesoría brindada por los ejecutivos de ventas, así como la implementación de diversos medios de pagos electrónicos.
“Brindamos al cliente una experiencia virtual inmersiva de 360º que permite al visitante conocer el interior de nuestras villas y departamentos modelo, así como la urbanización, club social, piscinas, áreas verdes, canchas deportivas y demás amenidades”, enfatiza Torres.
Hasta la primera semana de junio, el Grupo Promotor A&B priorizaba la atención digital, pero se estaba preparando para recibir a los clientes de forma presencial con estrictos protocolos y medidas de bioseguridad.
La misma dinámica del mercado experimentó Ambiensa, la división inmobiliaria del Grupo Ferretti, que mantuvo sin interrupción su operación comercial. “De las familias interesadas en una vivienda, muchas ratificaron su interés de buscar un lugar seguro, que les dé independencia, y reconociendo que es la mejor inversión, priorizando el fortalecimiento de su patrimonio”, asegura Stefano Ferretti, vocero del grupo.
Durante la etapa de confinamiento, la empresa aprovechó su plataforma digital de gestión inmobiliaria, mediante la cual sus asesores pudieron realizar cotizaciones solicitadas por clientes, revisar el inventario de unidades disponibles, los precios de las mismas, y seguir todo el proceso hasta la reserva de la casa. También el sistema permitió transferencias, débitos de cuentas y de tarjetas de crédito.
Consciente de la realidad económica del país en la crisis sanitaria, Ambiensa implementó una serie de opciones para clientes actuales y potenciales. Estableció periodos de gracia para el pago de las cuotas de entrada, descuento por pronto pago de hasta el 10 por ciento del valor normal y descuentos especiales desde 2.000 dólares.
Además, lanzó otras campañas de mercadeo para que sea más accesible la adquisición de viviendas. En la actualidad, la empresa ejecuta el Plan Mi Casa Mi Futuro en convenio con el Municipio de Guayaquil.
* Más información del sector en el especial Reactivación Productiva de Revista Enfoque