Pérdidas de plazas de trabajo, contracción productiva y caída de las ventas son los principales efectos en la industria textil y de la confección ecuatoriana por el impacto del COVID-19 y de la delicada situación económica que atravesó el país en 2020.
De acuerdo con información de la Asociación de Industriales Textiles del Ecuador (AITE), el año pasado, el sector perdió alrededor de 11.000 empleos, de los cuales del segmento textilero representó más del 80 por ciento y el porcentaje restante provino de la confección.
Por el lado de la producción, la contracción fue de 65 millones de dólares, comparando las cifras de enero a septiembre de 2020 con el mismo periodo de 2019, según los datos del Banco Central.
Mientras que las ventas de la industria cayeron de 1.387 millones de dólares en 2019 a 886 millones de dólares el año pasado. El segmento de la confección fue el más afectado.
Ante estas cifras,
la AITE presentó la Estrategia Competitiva del Clúster Textil y de la Confección en Ecuador, con el objetivo de implementar un plan de mejora que permita la internacionalización de productos.
Para lograr esta meta, el primer paso será avanzar en el levantamiento de la problemática del sector. Luego de ello, se trabajará en el desarrollo del clúster. Todo ello se complementará con programas de capacitación, asistencia técnica, innovación, crédito, entre otras acciones.
La construcción de esta iniciativa cuenta con el respaldo de la Corporación de Promociones de Exportaciones e Inversiones CORPEI a través de una alianza estratégica con AITE.
Adicionalmente, la estrategia estará alineada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030 y tiene como uno de sus herramientas fundamentales la preparación profesional, anclada al modelo de formación dual.