Los techos máximos para las tasas de interés implementados en el Ecuador en el 2007 han tenido un gran impacto sobre el número de operaciones de crédito y los montos entregados.
El estudio realizado por Análisis Semanal de Grupo Spurrier y presentado previo a que la Junta de Regulación Financiera apruebe y difunda la nueva metodología que se implementará para la determinación de las tasas de interés, mostró que los techos no son un mecanismo idóneo ni técnico para reducir tasas de interés, y que al contrario de lo que se pretendía, dichos límites generaron exclusión financiera.
Según el informe, si bien se entregaron mayores montos promedio entre 2007 y 2019, el número de operaciones se redujo en los segmentos de crédito comercial, de consumo, microcrédito y de vivienda. Esto significa que se otorgaron más dólares de crédito, pero estos recursos llegaron a menos manos. En otras palabras, los techos a tasas de interés provocaron exclusión financiera.
La exclusión financiera se produce cuando los límites artificiales a las tasas de interés impiden que estas cubran el costo real de otorgar crédito, sobre todo a los clientes de mayor riesgo. Algo similar ocurre cuando se ordenan controles de precios en otras industrias, si el precio no cubre los costos de producción, el resultado es que ciertos productores salen del mercado.
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De acuerdo con esta publicación, entre 2007 y 2019 el número de operaciones de crédito se redujo en 0,6%, en promedio anual, mientras el monto promedio en dólares se elevó en 10,1%. Si se analiza cada segmento, el número de operaciones de crédito comercial cayó 0,8% promedio anual, mientras, el monto promedio en dólares por cada operación tuvo un crecimiento de 12% anual.
En la cartera de consumo las operaciones cayeron 0,8% promedio anual, pero el monto promedio por operación subió 9,5% anual. En microcrédito las operaciones bajaron 0,1% en promedio anual y el monto promedio de las operaciones subió 7,2%. En el segmento de crédito de vivienda, en tanto, las operaciones se desplomaron 3,3% interanual, pero su monto promedio subió 7,2%.
El documento concluye que, cuando un Gobierno o ley disponen la reducción de la tasa de interés artificialmente, provoca una restricción a la oferta de crédito, porque hay prestamistas a quienes ya no les resulta rentable esa actividad, pues la tasa no cubre el precio real de otorgar un crédito, y migran su oferta a clientes más grandes y de menor riesgo.
Es así que los emprendedores son los más afectados, puesto que el microcrédito productivo y de consumo, al que también suelen acceder estos, tiene elevados costos operativos (hay que visitar a los clientes frecuentemente y recorrer grandes distancias) y mayor nivel de riesgo (son personas más vulnerables a contingencias como una enfermedad o accidente).
Según el análisis, lograr una reducción de tasas de interés en Ecuador requiere cambios estructurales entre ellos: la modernización de la legislación bancaria para que alcance estándares internacionales; la apertura a la inversión y competencia financiera internacional; la liberación de las trabas al flujo de capitales y eliminación del ISD; racionalizar requerimientos de liquidez que en la actualidad alcanzan el 16% de los depósitos para los bancos más grandes (incluye un encaje de 5%, fondo de liquidez 5%, títulos del BCE 3%, valores de renta fija sector financiero 2% y renta fija otros emisores 1%); y competitividad tributaria.