La innovación sumada al emprendimiento genera buenos resultados. Otro ejemplo de esta fórmula ganadora se evidencia en la provincia de Esmeraldas donde mujeres campesinas utilizan un bioplástico elaborado con cáscaras de cacao.
El bioplástico es utilizado para empaquetar tabletas de chocolate, bombones, polvo de cacao y demás derivados que producen más de 500 familias que forman parte de la Asociación de Productores de Cacao en el Norte de Esmeraldas (APROCANE) y las Productoras de Cacao al Norte de Esmeraldas (UPROCANE).
Las integrantes de ambas organizaciones son beneficiarias del proyecto de reactivación económica implementado por Ayuda en Acción, oenegé que desde hace 37 años trabaja en Ecuador desarrollando capacidades que generan oportunidades que mejoren la calidad de vida de las comunidades.
Comercializar productos derivados del cacao con certificación orgánica, empacados en un material 100 por ciento biodegradable, y elaborados principalmente por mujeres, les permitirá a estas familias ampliar su mercado comercial, incrementar sus ingresos y posicionar su chocolate como uno de los mejores del país.
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A través de la Escuela de Cacao Orgánico de Ayuda en Acción las familias han incrementado y mejorado su producción de cacao fino de aroma y sus distintos derivados.
Ahora, cuentan con certificación orgánica en sus productos, riego tecnificado, una biofábrica, centro de acopio para secado y fermentación del cacao, un plan de comercialización con estrategias de marketing digital para ecommerce y gobernanza con equidad de género.
Ayuda en Acción y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC) han realizado la investigación, equipamiento con maquinarias y capacitación a las familias, para que las mismas produzcan el bioplástico con la cáscara de cacao, y así completen su cadena de valor sostenible y amigable con el medio ambiente.
Este producto tiene diversos beneficios: son biodegradables e igual de versátiles y resistentes que los plásticos tradicionales; no contienen sustancias químicas; se puede reutilizar en la producción de fertilizantes; necesitan menos energía para su producción y son ideales para envasar alimentos y bebidas.
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“Actualmente, la cascarilla de cacao es considerada un subproducto de la industria agroalimentaria con usos de escaso valor añadido, es considerada un excedente que se convierte en residuos para la comunidad, ahora la transformaremos en algo útil”, explicó Susana Guzmán, científica de CSIC.
Este proyecto de economía circular está dejando una huella positiva en los cantones esmeraldeños de Atacames, Muisne y Eloy Alfaro.