Esta decisión se da días después de que Noboa anunciara que el país "no recibirá a migrantes deportados de otras nacionalidades" tras la decisión de Venezuela de no acoger a sus propios nacionales deportados de EE.UU.
Esta función de autodeportación forma parte de una campaña publicitaria nacional e internacional de Estados Unidos que incita a los migrantes a "no entrar y marcharse ahora".
Una vez en la base naval de Guantánamo -rodeada de mar por un lado y minas antipersonales por el otro- Yeilis enfrentó soledad y dificultades para hablar con su familia.
Tom Homan, nombrado "zar fronterizo" por el propio Trump, reaccionó rápidamente. "Quiero que se centre en la iglesia católica y arregle eso y nos deje a nosotros la vigilancia fronteriza", dijo.
El anuncio por parte de Noboa fue emitido en el marco de la puesta en marcha de lo que Estados Unidos ha referido como "la mayor operación masiva de deportación en la historia".
El tráfico de migrantes deja entre 7.000 y 10.000 millones de dólares anuales a los criminales a nivel global, según estimaciones de la ONU y el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI).
Desde 2021, el país contabiliza un aumento significativo en la diferencia entre la cantidad de ecuatorianos que salen en comparación con los que llegan.
La mandataria adelantó que habrá una reunión con los gobernadores de los estados de la frontera norte de México para alistar la estrategia de atención a los deportados.
Panamá y EE.UU. firmaron este acuerdo el 1 de julio pasado para devolver a migrantes que atraviesen el Darién, que vive una crisis por el flujo migratorio.