"Este lugar tiene formaciones de lava que son muy, muy similares a las que se consiguen en la Luna", cuenta a la AFP Alexander Gerst, un astronauta alemán de la ESA de 46 años, que califica a Lanzarote de "campo de entrenamiento único".
Las impresionantes lenguas grises y naranjas de lava siguen bajando lentamente del volcán arrasando con los árboles, carreteras y viviendas que encuentran a su paso.