La falta de rigurosidad en la prescripción de antidepresivos y los potenciales efectos secundarios que pueden causar es una peligrosa combinación que afecta de sobremanera a pacientes jóvenes. Uno de ellos fue Dylan, hijo de Seonaid, que se suicidó a los 18 años tras un cambio en su receta. Ahora, ella advierte a los demás.