Colgados de sábanas y prendas de vestir en el baño de una de las celdas del pabellón G. fueron encontrados dos reos en la cárcel de Quevedo, provincia de los Ríos. Los agentes policiales investigan si se trató de un crimen encubierto o un suicidio.
Los cadáveres habrían sido encontrados luego de que los guías se percataran de su ausencia durante la formación de rutina que se hace todos los días. Pasadas las tres de la tarde del domingo, 3 de abril, la Policía recibió la notificación del hecho.
Según información preliminar, los cuerpos no tenían heridas de armas de fuego ni armas cortopunzantes. Además, medios locales informaron que el pasado fin de semana se registró un amotinamiento.
¿QUIÉNES SON LOS FALLECIDOS?
Los privados de libertad fueron identificados como Jilmar Coque Gavilánez, de 29 años, y Gregorio Flores Salazar, de 51 años. Los dos estaban en el pabellón G, según un informe de la Policía.
Solo siete días antes habían llegado al centro penitenciario, luego de ser detenidos por tenencia ilegal de armas de fuego en el cantón el Empalme, provincia del Guayas.
Darwin Guevara, jefe encargado del Distrito Quevedo-Mocache, señaló que las víctimas permanecían en prisión preventiva de 30 días. Se esperaba que el 18 de abril formulen cargos contra ellos.
Los dos fallecidos tenían antecedentes penales por el mismo delito. Jilmar Coque suma dos detenciones por tenencia ilegal de armas y Gregorio Flores tres detenciones, según cita diario El Comercio.
El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI) no se ha pronunciado sobre las muertes.
CRISIS CARCELARIA
Este fin de semana también se registró un amotinamiento en el Centro de Privación de Libertad (CPL) Azuay No. 1, ubicado en la parroquia de Turi, cerca de Cuenca. Alrededor de 20 presos fallecieron tras el enfrentamiento.
El hecho dejó diez heridos, de ellos cinco de gravedad. Esta es la primera gran revuelta de este 2022 en las cárceles de Ecuador, cuyo presidente, Guillermo Lasso, destacaba positivamente días atrás que desde el inicio del año habían muerto en las cárceles ocho reos, frente a los 83 del mismo periodo del año anterior.
Entre las veinte víctimas mortales reportadas por el Gobierno había al menos cinco cuerpos mutilados, según el ministro del Interior, Patricio Carrillo, quien reconoció que en el enfrentamiento los presos usaron "material de guerra" como fusiles, además de otras armas de fuego y elementos cortopunzantes que estaban en su poder.
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