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Rompiendo el techo de cristal, ecuatorianas que traspasaron esa barrera

miércoles, 21 marzo 2018 - 11:03
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Mujeres ecuatorianas que traspasaron esa barrera invisible que le pone tope a sus carreras profesionales, y han conquistado territorios que hasta hace poco eran exclusividad del hombre.
 
Hasta la metáfora suena linda:  techo de cristal. La imagen que  surge es de una cubierta transparente,  de un material refinado, que  permite ver el cielo y, quizás, hasta las  estrellas, desde abajo. Sin embargo, por  más bello que sea, es un obstáculo para  llegar a tocar el cielo. Puede ser transparente,  pero es sólido y está ahí para  frenar la marcha hacia arriba. Para las  mujeres, el límite no es el cielo, sino el  techo de cristal.
 
La primera vez que se usó el término  “techo de cristal” fue a mediados de los  80, en un artículo del Wall Street Journal  de Estados Unidos. En ese reportaje se  explicaban las barreras que encontraban  las mujeres altamente calificadas para  llegar a puestos jerárquicos, en el mundo  de los negocios mundiales. Luego, el  término fue tomado por la sociología y  aplicado al trabajo femenino. Aunque  más adelante se utilizó también para las  minorías.
 
Es de cristal porque no  es fácilmente detectable,  es casi imperceptible, pero  sirve como barrera invisible.  El ascenso profesional  de la mujer llega hasta un  límite y no puede avanzar  más allá de la gerencia o del  nivel ejecutivo.
 
Desde mediados de los 80 hasta hoy,  la mujer ha ganado territorio, pero aún  queda mucho por conquistar para poder hablar de igualdad. En  Estados Unidos funciona,  desde 1995, la Federal  Glass Ceiling Comission  (Comisión Federal del Techo  de Cristal) dentro del  Departamento de Trabajo  del Gobierno, que se encarga  de monitorear el trabajo  femenino y la igualdad de derechos  y oportunidades. Desde hace tiempo,  denuncia las diferencias salariales entre hombres y mujeres por el mismo  cargo laboral. Recientes investigaciones  concluyen que esta brecha y la falta de  mujeres en puestos de poder, es incluso  improductivo para las empresas.
 
Un estudio de Harvard Business  Review tomó a 215 empresas, pertenecientes  a la lista Fortune 500, y las  examinó durante más de 28 años. Como  resultado del análisis, concluyó que las  organizaciones que cuentan  con un mayor número de  mujeres directivas tienen un  mejor rendimiento que va  entre el 18 y el 69 por ciento,  en referencia a porcentaje  de ingresos, activos y recursos  propios. Ya desde 2007  Goldman Sachs realizó un  informe donde destacó que  varios países y regiones  del mundo podrían aumentar  notablemente  su PIB con simplemente  reducir la diferencia  del índice de empleo  entre las mujeres y los  hombres. Por ejemplo,  Japón podría aumentar  16 por ciento su PBI y  Estados Unidos nueve por ciento.
 
En Ecuador, las cifras del empleo  femenino han mejorado, pero la brecha  entre hombres y mujeres sigue siendo  muy amplia. Según la Encuesta Nacional  de Empleo y Desempleo Urbana y  Rural, entre 1990 y 1995 casi el 60 por  ciento de las mujeres mayores de 15  años no tenían ingresos propios. Para  2014, el promedio se había reducido  cerca de la mitad. Pero para ese mismo  año, los hombres sin ingresos propios  de ese rango etario no alcanzaban ni el  10 por ciento.
 
En 2017 las brechas entre hombres  y mujeres siguen evidenciándose en  el Instituto Nacional de Estadísticas  y Censos. En el informe presentado  sobre la tasa de empleo global, las mujeres  tienen 2,4 puntos porcentuales  menos que los hombres. En la tasa de  empleo adecuado/pleno la diferencia  es de 17,1 puntos porcentuales a favor  de los hombres. El ingreso laboral promedio  para un hombre hasta 2017 era  de 369,3 dólares, mientras que para la  mujer era de 295,5.
 
En las altas esferas, Ecuador tiene  muy pocas mujeres. Según la encuesta  de Deloitte de 2018, el 13 por ciento de  mujeres ocupan el puesto  de presidente, lo que  significa un crecimiento  de ocho puntos porcentuales  respecto al año  pasado. En la vicepresidencia,  la cifra se duplicó  y este año es del 12 por  ciento. En cuanto a la  gerencia general, el porcentaje  es de 18, igual que  el año pasado. En cambio,  el número de mujeres accionistas  ha bajado de 29  a 26 por ciento. Otro dato  relevante que encuentra la  encuesta respecto del año  anterior es que las mujeres  ocupando otro tipo de  cargo han disminuido de  48 a 31 por ciento.
 
Según el mismo estudio, es en marketing  y en ventas el área donde más se  destacan las mujeres ejecutivas (25 por  ciento), seguidas por recursos humanos  (24 por ciento) y finanzas (22 por  ciento). Mientras que los territorios  menos conquistados son la logística  (seis por ciento) y la tecnología (tres  por ciento).
 

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