Mujeres ecuatorianas que traspasaron esa barrera invisible que le pone tope a sus carreras profesionales, y han conquistado territorios que hasta hace poco eran exclusividad del hombre.
Hasta la metáfora suena linda: techo de cristal. La imagen que surge es de una cubierta transparente, de un material refinado, que permite ver el cielo y, quizás, hasta las estrellas, desde abajo. Sin embargo, por más bello que sea, es un obstáculo para llegar a tocar el cielo. Puede ser transparente, pero es sólido y está ahí para frenar la marcha hacia arriba. Para las mujeres, el límite no es el cielo, sino el techo de cristal.
La primera vez que se usó el término “techo de cristal” fue a mediados de los 80, en un artículo del Wall Street Journal de Estados Unidos. En ese reportaje se explicaban las barreras que encontraban las mujeres altamente calificadas para llegar a puestos jerárquicos, en el mundo de los negocios mundiales. Luego, el término fue tomado por la sociología y aplicado al trabajo femenino. Aunque más adelante se utilizó también para las minorías.
Es de cristal porque no es fácilmente detectable, es casi imperceptible, pero sirve como barrera invisible. El ascenso profesional de la mujer llega hasta un límite y no puede avanzar más allá de la gerencia o del nivel ejecutivo.
Desde mediados de los 80 hasta hoy, la mujer ha ganado territorio, pero aún queda mucho por conquistar para poder hablar de igualdad. En Estados Unidos funciona, desde 1995, la Federal Glass Ceiling Comission (Comisión Federal del Techo de Cristal) dentro del Departamento de Trabajo del Gobierno, que se encarga de monitorear el trabajo femenino y la igualdad de derechos y oportunidades. Desde hace tiempo, denuncia las diferencias salariales entre hombres y mujeres por el mismo cargo laboral. Recientes investigaciones concluyen que esta brecha y la falta de mujeres en puestos de poder, es incluso improductivo para las empresas.
Un estudio de Harvard Business Review tomó a 215 empresas, pertenecientes a la lista Fortune 500, y las examinó durante más de 28 años. Como resultado del análisis, concluyó que las organizaciones que cuentan con un mayor número de mujeres directivas tienen un mejor rendimiento que va entre el 18 y el 69 por ciento, en referencia a porcentaje de ingresos, activos y recursos propios. Ya desde 2007 Goldman Sachs realizó un informe donde destacó que varios países y regiones del mundo podrían aumentar notablemente su PIB con simplemente reducir la diferencia del índice de empleo entre las mujeres y los hombres. Por ejemplo, Japón podría aumentar 16 por ciento su PBI y Estados Unidos nueve por ciento.
En Ecuador, las cifras del empleo femenino han mejorado, pero la brecha entre hombres y mujeres sigue siendo muy amplia. Según la Encuesta Nacional de Empleo y Desempleo Urbana y Rural, entre 1990 y 1995 casi el 60 por ciento de las mujeres mayores de 15 años no tenían ingresos propios. Para 2014, el promedio se había reducido cerca de la mitad. Pero para ese mismo año, los hombres sin ingresos propios de ese rango etario no alcanzaban ni el 10 por ciento.
En 2017 las brechas entre hombres y mujeres siguen evidenciándose en el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos. En el informe presentado sobre la tasa de empleo global, las mujeres tienen 2,4 puntos porcentuales menos que los hombres. En la tasa de empleo adecuado/pleno la diferencia es de 17,1 puntos porcentuales a favor de los hombres. El ingreso laboral promedio para un hombre hasta 2017 era de 369,3 dólares, mientras que para la mujer era de 295,5.
En las altas esferas, Ecuador tiene muy pocas mujeres. Según la encuesta de Deloitte de 2018, el 13 por ciento de mujeres ocupan el puesto de presidente, lo que significa un crecimiento de ocho puntos porcentuales respecto al año pasado. En la vicepresidencia, la cifra se duplicó y este año es del 12 por ciento. En cuanto a la gerencia general, el porcentaje es de 18, igual que el año pasado. En cambio, el número de mujeres accionistas ha bajado de 29 a 26 por ciento. Otro dato relevante que encuentra la encuesta respecto del año anterior es que las mujeres ocupando otro tipo de cargo han disminuido de 48 a 31 por ciento.
Según el mismo estudio, es en marketing y en ventas el área donde más se destacan las mujeres ejecutivas (25 por ciento), seguidas por recursos humanos (24 por ciento) y finanzas (22 por ciento). Mientras que los territorios menos conquistados son la logística (seis por ciento) y la tecnología (tres por ciento).