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Nacional

¿Por qué Ecuador no logra reducir la desnutrición infantil?

miércoles, 15 agosto 2018 - 12:54
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Falta de coordinación, gasto ineficaz, muchas manos en la masa; un estudio de la Universidad de Georgetown explica por qué Ecuador no logra reducir la desnutrición infantil. ¿Será distinto el nuevo programa Misión Ternura?
 
Es una cifra escandalosa, vergonzosa.  Ya lo ha dicho el Presidente,  la Primera Dama, los ministros  y exministros. Es inaceptable que  Ecuador siga teniendo una desnutrición  infantil crónica del 24 por ciento, similar a la de países africanos y mayor  que la de Haití, que ya bajó al 21,9 por  ciento. Casi tres de cada 10 niños ecuatorianos  menores de cinco años, unos  300 mil, presentan bajo peso y altura  para su edad debido a deficiencias de  nutrientes básicos, lo que causa daños irreversibles en su desarrollo.
 
La desnutrición infantil le cuesta al  país 2.600 millones de dólares al año;  es el 2,6 por ciento del PIB, porque está  asociada a pobres logros educativos,  menor productividad en labor adulta,  y mayores costos de salud pública.  Después de Guatemala, Ecuador es el  país con mayor desnutrición infantil  en el continente, con más del doble del  promedio regional del 11 por ciento.
 
Desde el año 2000, la región ha  tenido mucho éxito atacando este problema.  El ejemplo de oro es Perú, que  logró bajar ese indicador de 31 al 13  por ciento. La desnutrición infantil en  Ecuador marcaba un 34 por ciento en  2000, bajó a 26 por ciento en 2007 y  ahí se estancó. El gobierno de Rafael  Correa tuvo tres programas distintos  para combatir la desnutrición infantil,  el último lo aplicó con asesoría del Banco  Mundial y le destinó 31 millones de  dólares, pero la tasa de desnutrición  bajó solo dos puntos en una década de  sustancial crecimiento económico.
 
Mala coordinación
¿Qué se hizo mal? Un estudio de la  Universidad de Georgetown, realizado  en colaboración con el gobierno da la  respuesta: falta de coordinación entre  demasiados involucrados. “En 2013 se  firmaron 444 acuerdos con 100 gobiernos  provinciales y 219 organizaciones  de la sociedad civil para implementar el  programa de reducción de la desnutrición”,  indica el estudio. “El alto número  de organizaciones responsables de  implementar la iniciativa llevó a retos  administrativos que impidieron que el  programa llegue a la población target”.
 
Por ser un “programa multicausal”,  la desnutrición infantil requería una  “respuesta intersectorial”,  esto se tradujo en  que hubo muchos y ningún  responsable. El programa  estaba a cargo de  los ministerios de Coordinación  de Desarrollo  Social, Salud Pública,  Desarrollo Urbano y Vivienda,  Inclusión Económica  y Social, Educación, Agricultura,  además de las alcaldías.
 
El programa apuntó a 600 mil niños,  pero llegó solo a 300 mil, se duplicaron  esfuerzos, se perdió la pista de los niños, y se cambiaron las  estrategias antes de medir  los efectos. La Universidad  de Georgetown publica este  informe en el marco del lanzamiento  del nuevo programa  contra la desnutrición  infantil, Misión Ternura,  presentado este año por el  presidente Lenín Moreno y  que, en su organización, se parece mucho  a los programas anteriores. Aún  tiene varios responsables: la Secretaría  Técnica del Plan Toda una Vida, el Registro  Civil, el Ministerio de Salud Pública , de Inclusión Económica y Social,  de Educación y los gobiernos de cada  provincia.
 
Pero la ministra de Inclusión  Económica y Social (MIES), Berenice  Cordero, dice que no se repetirán  los errores del pasado porque Misión  Ternura tiene una diferencia radical:  seguimiento nominal (con nombre y  apellido) a cada niño y su madre, mediante  un sistema informático. “Uno  de los principales problemas fue la falta  de seguimiento. Tiene que haber  un paquete de prestaciones que se dirigen  al mismo niño: controles durante  el embarazo de la madre, vacunas,  controles de hemoglobina, entrega de  suplementos, seguimiento de peso y  talla”, explica la ministra.
 
 
Más enfocado
Misión Ternura es menos ambicioso  pero más enfocado: ya no apunta a  todos los niños con desnutrición sino  solo a los bebés entre cero y dos años.  La meta ya no es erradicar la desnutrición,  sino bajar el indicador a la mitad.  Este año se atenderá a 65 mil bebés  con una inversión de 45 millones de  dólares y hasta 2021, el total de niños  atendidos será de 190 mil. Numerosos  estudios demuestran la importancia de  la nutrición en los primeros mil días de  vida, desde la concepción hasta los dos  años de edad.
 
El programa incluye la entrega de  suplementos durante el embarazo y  primeros años, lactancia materna, educación  sobre nutrición y manejo de alimentos,  acceso a agua potable y saneamiento,  y transferencias  monetarias condicionadas,  que está comprobado,  inciden positivamente en  la salud de la familia.
 
En 90 cantones se entregará  a las madres elegidas  el Bono de Desarrollo  Humano variable, que va  de 50 dólares hasta 15  dependiendo del número de niños, y  que hoy cubre 110 mil hogares. Las  madres reciben una tarjeta de salud  donde deben registrar la asistencia a  programas de salud y nutrición.
 
Las grandes inversiones en infraestructura  tienen poco impacto en el desarrollo  infantil y cero  impacto en la desnutrición.  En 2015, cuando  era subsecretaria de Desarrollo  Infantil, Cordero  se encargó de medir,  por primera vez, el efecto  que tenían los Centros  de Desarrollo Infantil, las  guarderías del MIES en el  estado nutricional del niño, que resultó  ser nulo. En cambio, la desnutrición de  los niños que fueron atendidos por el  programa Creciendo con Nuestros Hijos,  a un costo menor pues solo consiste  en visitas semanales para educar a la  madre sobre nutrición y estimulación,  bajó al 16 por ciento.
 
“Esto demuestra que da un buen  resultado trabajar con la familia, en  la cultura nutricional, en el vínculo  afectivo y eso es lo que hará Misión  Ternura”, dice la ministra. Las brigadas  del MIES y el Ministerio de Salud  ya buscan a niños en 20 provincias  para realizar un examen de sangre que  determine anemia. Al empezar, en  cada cantón se activa la “mesa técnica  de Misión Ternura”, con unos 15 funcionarios  de los ministerios de Salud,  MIES, Educación, Trabajo, Vivienda,  Ganadería, además de la Secretaría  del Agua, la Senplades, la Gobernación,  el Municipio...
 
¿No hay todavía demasiados involucrados?  ¿No debería un solo organismo  llevar el mando? La ministra  Cordero cree que es importante que  cada cantón se apropie de la iniciativa.  “Pienso, sin embargo, que para que la  coordinación sea más clara, es necesaria  una Ley de Primera Infancia que  asegure una sostenibilidad fiscal, una  asignación de competencias, un marco  legal que obligue a que el programa  se sostenga en el tiempo”. Cordero ha  redactado ya una propuesta de ley que  se discute entre ministerios. Mientras  eso avanza, el Ecuador se lanza una  vez más a una batalla contra la desnutrición  y las vidas de miles de niños  dependen de su eficacia. 

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