Enterrados en una finca y en estado de descomposición. Así fueron hallados los cuerpos tres hombres en el recinto Nueva Unión, en el cantón Francisco de Orellana.
El presunto responsable de las muertes de José Espinosa Garrido, Fabián Machoa Tapuy y Luis Pardo Sánchez sería un hombre al que el comandante de la Policía de Orellana, Edwin Ruiz, lo tildó como asesino serial.
El uniformado detalló que se trata de un sujeto identificado como Fabricio Eloy L., de 34 años de edad, quien venía atemorizando a los habitantes de la parroquia Dayuma, donde se ubica en recinto.
Para lograr su vinculación con los crímenes, se realizó un cotejamiento de indicios, imágenes y pruebas de ADN. En las pesquisas se descubrió que, aparentemente, el hombre engañaba a sus víctimas ofreciéndoles trabajo en fincas agrícolas para luego asesinarlos y esconderlos bajo tierra.
Los cadáveres mostraban huellas de haber sido atacados con un palo y presentaban orificios de un disparo en la cabeza.
La Policía Nacional, mediante la Dirección de Muertes Violentas (Dinased), investigó los crímenes durante cinco meses para finalmente lograr la detención del sospechoso.
Un juez de Orellana dispuso prisión preventiva para el sospechoso del crimen y ordenó el allanamiento de su vivienda, en la que se encontró un arma de fuego, una motocicleta, seis celulares y prendas de vestir relacionadas a las imágenes de la investigación.
Según agentes policiales, el perfil psicológico del presunto agresor coincide con las de una persona que tiene trastornos psicológicos. Se diferencia de un psicópata porque, se presume, este sujeto actuaba por impulsos y no con planificación.