“De nuestra mesa a la suya” es un libro que recopila recetas construidas a partir de una mezcla de sabores y sensaciones que representan los países de origen y de acogida de 14 personas refugiadas y desplazadas de manera forzosa en la región. Este libro fue lanzado por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), en colaboración con 14 personas que se desplazaron. De hecho, allí se comparten también sus historias, recuerdos, emociones, así como sus sueños cumplidos y por cumplir.
Arepas dominico-venezolanas, cachapas abrasileiradas, shawarma con chimichurri, y arroz con frijoles beliceños con un toque salvadoreño son algunos de los platos multiculturales que nos ofrecen estos amantes de la cocina. A través de estas páginas, estas personas en movilidad humana relatan cómo la gastronomía les ha permitido reanudar sus vidas.
Una de esas personas fue Ana Lucrecia*, quien llegó a Ecuador tras tener que huir de Venezuela junto a su hijo en 2018. Además de ser administradora, a Ana se la conocía en su comunidad natal por su buena sazón. Su gran especialidad fue la carne en coco. Esta receta, que combina los mejores sabores de la tierra venezolana, representa un agradecimiento a la integración y a Ecuador.
La región de las Américas acoge a más de 18 millones personas desplazadas de manera forzosa, siendo Ecuador el país que ha reconocido a la mayor cantidad de personas como refugiadas – más de 71.000. Además, el país se ha convertido en el nuevo hogar de más de 500.000 personas refugiadas y migrantes de Venezuela.
“Promover la inclusión socioeconómica es una forma de proteger a las personas en movilidad humana”, dice Magda Medina, Representante Adjunta de ACNUR en Ecuador. “Este libro representa una de las formas en la que distintas comunidades se unen para permitir una convivencia basada en la tolerancia”, agrega
De acuerdo con el último Monitoreo de Protección realizado por la ACNUR en Ecuador, el 76% de las personas encuestadas aseguraron sentirse seguras en los barrios que viven junto a sus familias. De hecho, llamó la atención de la agencia que a pesar de que los encuestados aseguran haberse sentido discriminados, también consideran tener una relación positiva con sus comunidades de acogida.