“¿Hasta cuándo tengo que esperar y vivir callando?”, cuestionó en su cuenta de Instagram, la activista amazónica, Nina Gualinga, quien desde el 2015 viene denunciando que ha sido víctima de violencia de género por parte de su expareja, pero la justicia le ha fallado, “así como ha fallado a miles de otras mujeres”.
Gualinga volvió a alzar la voz con una denuncia pública, luego de que en 2020 hablara por primera vez sobre los maltratos psicológicos y físicos que sufrió por parte de un sujeto. “Si te vas, te disparo”, le decía su expareja.
La joven narra que ha puesto tres denuncias a su agresor en los últimos siete años y aún sigue esperando justicia y reparación.
La primera vez fue en marzo del 2015, cuando acudió a la Unidad Judicial de Violencia Contra La Mujer y la Familia de la Judicatura de Pastaza, tras haber sido brutalmente golpeada. Sin embargo, el proceso fue archivado.
Años después, en el 2017, el sujeto le fracturó la espalda con una patada, no puso una denuncia, pues pensaba que igual que la anterior ocasión no iba a pasar nada.
Hasta que en el 2020, se armó de valor y acudió nuevamente al sistema de justicia. Casi tres años después, la denuncia sigue en investigación.
En marzo de este año, puso la tercera denuncia por incumplimiento a la boleta de auxilio, después de que él ingresara a la casa de su familia y tras una serie de situaciones de acoso y violencia psicológica. Esto también sigue en indagaciones.
“Publico esto sabiendo que probablemente existirán represalia y venganza por parte de mi agresor. Pero no podemos permitir que las mujeres sigamos muriendo, ni viviendo así”, escribió la activista.
Nina hace los siguientes pedidos a la Judicatura, Fiscalía y Defensoría Pública de Pastaza:
1. Cumplir el debido proceso, se investigue con debida diligencia y no existan más retrasos y dilataciones en mi proceso.
2. Garantizar el acceso a la justicia y sin revictimización a mí y a todas las mujeres que tenemos el valor de denunciar.
3. ¡No más impunidad! Con cada denuncia archivada porque no se investiga ni toma en serio nuestras denuncias, se permite que los agresores repitan una y otra vez sus abusos y maltratos.