A Romelia Yuqui se le quiebra la voz al recordar el calvario que ha pasado más de nueve años por la desaparición de su hijo Hugo Tenezaca en la frontera de México con Estados Unidos.
El joven fue con la promesa de reencontrarse con su madre y hermanas, pero su sueño quedó inconcluso porque hasta el día de hoy se desconoce su paradero. La familia no pierde las esperanzas de encontrarlo y clama por respuestas.
Esta historia empieza en Azogues, capital de la provincia de Cañar, donde Romelia vivía un infierno, pues su esposo la maltrataba. "Me divorcié, pero él no me dejaba en paz, juraba que iba a matarme”.
La madre se sentía acorralada, no podía salir por miedo de que le pudiera pasar algo. Ante esto, no tuvo otra alternativa que escapar a Estados Unidos y dejar a sus hijos con su hermana.
Yuqui comenzó la travesía hacia el ‘sueño americano’ a principios del 2005, salió de Manta en un barco de pesca que era para 50 personas, pero viajaron alrededor de 150. “Nos perdimos en alta mar. Fue algo horrible, la gente se vuelve demente, pierden la memoria, no teníamos agua ni alimentos, solamente las olas”.
Luego los propios coyoteros lanzaron a los migrantes al mar para que sean rescatados por las autoridades de Guatemala, pero la situación se puso peor en México, donde la ecuatoriana fue colocada debajo de un bus e incluso corrió el riesgo de ser violentada.
“Comencé a llorar y a pedir a Dios que no me pasara nada. El coyotero me dijo: 'Yo no sé para qué o a quién oras, tu santo no es milagroso porque de mis manos nunca se salva una mujer'. Afortunadamente, no abusaron de mí, pero sí ocurrió con otras personas”.
Ya en suelo estadounidense, Romelia fue detenida por la patrulla fronteriza: “Me lanzaron a una planta de tuna, me arrimaron la cara en las espinas”. Tras pasar varios días detenida, pudo salir de la cárcel y empezó a trabajar para enviar dinero a sus hijos.
Sin embargo, el exesposo de la ecuatoriana seguía maltratando a sus hijos , como una especie de chantaje para que ella vuelva. “Hugo me decía: 'Mami llévame porque mi papá anda borracho, no nos deja en paz, me persigue' ”, recuerda entre lágrimas.
Hugo viajó de manera irregular a sus 17 años, pero pronto tuvo que regresar. Y para el 2012 volvió a pasar por el mismo trayecto, esta vez el final sería distinto.
LA TRAVESÍA
El joven que en ese momento tenía 19 años salió desde su natal Azogues hasta Guayaquil el 22 de mayo del 2012 rumbo a Guatemala, donde se encontró con un grupo de migrantes de varios países y también otros compatriotas, entre ellos dos jóvenes cuencanas con quienes entabló una relación de amistad.
Mientras tanto, su madre, que había pagado 14 mil dólares al coyotero, relata que empezó a preocuparse porque esos días soñó la desaparición de su hijo, por ello constantemente lo llamaba.
“En México se contactó conmigo y contó que estaba bien, pero que el viaje ya no era como antes porque unos narcotraficantes los habían atacado. Él dijo: 'Yo me porté pilas mami, no me dejé robar, me escondí debajo de un carro' ”.
A principios de junio, Hugo ya estaba en Sonora, un estado mexicano que limita con Arizona (Estados Unidos). Justo en los días previos a cruzar, Romelia recibió la llamada de su hijo, quien le pidió que enviara 500 dólares más para poder seguir con la travesía.
“Al parecer los narcotraficantes cobraban ese monto para que cada persona pase al otro lado del muro. Entonces, yo cometí el error más grande de llamarle al coyote de Ecuador y preguntar para qué era ese dinero y él me dijo que no pague, que mejor le deposite a él”.
DESAPARICIÓN Y EXTORSIÓN
La madre migrante comenta que el 17 de junio habló por última vez con Hugo. “Pidió la bendición dos veces y señaló: 'Mamá la quiero mucho y pronto estaremos juntos, pase lo que pase iré por ustedes' ”.
Ocho días después, Romelia comenzó a desesperarse porque su hijo ya no contestaba el celular. El coyote de Ecuador decía que el joven estaba cruzando al otro lado y que todo estaba bajo control, pero la ecuatoriana sabía dentro de su corazón que algo andaba mal.
“Un domingo me llamó el coyote diciéndome que Hugo había desaparecido. Fue un momento tan duro, terrible, no pensaba que era verdad”. Desde entonces, inició un verdadero calvario para la familia, pues algunos acompañantes del joven aseguraban que él seguía vivo, mientras los coyoteros aprovecharon para extorsionarlos.
“Me llamó una de las muchachas de cuenca y dijo: 'Señora Hugo quedó vivo, señora en San Luis, San Luis, me gritó, parecía como que alguien la jalaba. Volví a marcar, pero ya no contestó. Así mismo, otra persona contó que mi hijo seguía vivo y que me buscaría cuando llegue a Nueva York”.
La madre también recibió llamadas de personas que decían tener secuestrado a Tenezaca y amenazaban con matarlo si no les daban dinero. En total, gastó alrededor de 30 mil dólares. “Siempre mandaba dinero, porque estaba desesperada”.
INVESTIGACIONES
Romelia ha buscado ayuda en varias organizaciones de migrantes e instituciones gubernamentales sin resultados alentadores. “Me he comunicado con el consulado de Manhattan y Arizona, también está puesta una denuncia en la Fiscalía de Ecuador, pero nadie sabe nada”.
Por su parte, la cónsul ecuatoriana en Phoenix, Leticia Baquerizo, quien asumió funciones este año, señaló que pese a que Hugo desapareció en el 2012, ellos tienen registro del caso desde el 2019, cuando la familia envió un correo pidiendo ayuda.
A partir de marzo del 2021 se volvió a retomar el contacto y se ha solicitado información a la patrulla fronteriza, pero Baquerizo dice que los agentes indicaron por varias ocasiones que no hay registros del joven.
La cónsul mencionó que tampoco se puede hacer la búsqueda por el tiempo que ha pasado desde la desaparición, por lo que la última alternativa sería buscar entre los cadáveres no identificados de las oficinas forenses de la zona.
“Envié una solicitud a Ecuador para obtener las huellas dactilares con las que podremos determinar si uno de los cuerpos o restos pertenecen al señor Tenezaca”, dijo Baquerizo.
Agregó que es de vital importancia que los familiares se comuniquen con las autoridades inmediatamente después de la desaparición del migrante, pues “el tiempo de reacción es clave para salvarles la vida y que no se sigan dejando extorsionar por los coyotes que les dan información falsa para sacarles más dinero”.
MIGRACIÓN HISTÓRICA EN 2021
Pese a que la desaparición de Hugo ocurrió hace más de nueve años, la migración ecuatoriana hacia Estados Unidos se mantiene e incluso aumentó en este año.
Según un informe de 1800 Migrante.com, en 2020 el número de ecuatorianos DED (Detenidos, Expulsado o Deportados) llegó a 12.892 eventos o encuentros de las autoridades con los migrantes ecuatorianos.
Este 2021 subió a más de 97 mil, un aumento del 800% en un año, “cifras nunca antes vistas por el Departamento de Control de Puertos y Fronteras de USA (CBP por sus siglas en inglés) el flujo migratorio ecuatoriano fue tan alto, que hubo un mes en donde detuvieron a más Ecuatorianos que Mexicanos”, reza el documento.
Sin embargo, a partir de septiembre el número de migrantes ecuatorianos ha empezado a bajar debido a que México empezó a pedir visas.
William Murillo, cofundador de la organización de asesoría legal 1800 Migrante.com, comentó a Vistazo que a diario reciben cuatro o cinco llamadas de ayuda para encontrar a personas desaparecidas.
“Muchos de ellos los localizamos en las cárceles o a veces no hay suficiente información porque recién se están ejecutando los procesos migratorios. Hay ecuatorianos que ni siquiera aparecen en el sistema de detenidos y eso provoca una gran frustración”.
Agrega que antes tenían un promedio de seis o siete ecuatorianos desaparecidos por año, pero este 2021 ya se han reportado en este consultorio jurídico 23 casos. En su mayoría son hombres, aunque también hay mujeres en esa lista.
“Son casos muy alarmantes y todavía estamos en octubre. A pesar de que ya piden visa para Guatemala y México, empezamos a escuchar pedidos de ayuda de ecuatorianos, entonces la migración no se va a parar”.
Por su parte, la Cancillería de Ecuador reveló que en el 2020 hubo 10 desaparecidos, mientras que en el primer semestre de este año ya van 15 ecuatorianos. De estos 10 fueron localizados o hallados sin vida.