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Las 50 constructoras residenciales con mayores ingresos del Ecuador

jueves, 22 agosto 2019 - 06:15
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Los créditos para vivienda han crecido siete por ciento este año. ¿Qué buscan los compradores como lugar para vivir? 
 
La vivienda es quizá la inversión más alta que realizará una familia, que puede decidirse en meses o años según el presupuesto y los planes futuros. Adquirir una casa no es una compra más: es planificada, consensuada, comparada y no impulsiva. Su monto, que supera los cinco dígitos de una cifra, obliga a hacer varias pausas para preguntarse: ¿tendré el dinero para pagar la cuota mensual? ¿Es el lugar donde quiero vivir toda (o la mayor parte) la vida?
 
Son preguntas universales que el mercado ecuatoriano se está respondiendo cada vez más. Las cifras lo confirman: los créditos inmobiliarios crecieron siete por ciento en los últimos 12 meses, según datos de la Asociación Ecuatoriana de Bancos Privados del Ecuador (AEBE).
 
En junio pasado, el saldo de la cartera de crédito por vencer del segmento de vivienda se ubicó en 2.280 millones de dólares, es decir, 146 millones más que el mismo mes del año anterior.
 
Desde el sector prevén que este comportamiento se sostenga a futuro, sobre todo con el anuncio del Gobierno de impulsar los proyectos de Vivienda de Interés Social (VIS) y de Vivienda de Interés Público (VIP). Los primeros con créditos de hasta 70 mil dólares y el segundo con operaciones que van desde los 70.001 dólares hasta 90 mil dólares.
 
En esto concuerda José Javier Jaramillo, gerente general de Construecuador. “Esperamos que estas políticas fomenten el crecimiento del sector”, explica este ejecutivo. Actualmente, dice, existe nerviosismo de parte del cliente por la contracción económica del país, aunque se ha dado una ligera recuperación frente a los últimos tres años.
 
José Alberto Barrera, gerente Financiero de la empresa Inmocost, señala que este comportamiento también depende del segmento de vivienda que se ofrece. “El sector se ha ralentizado por el entorno económico y laboral del país, pero en nuestro caso específico el ritmo de ventas se ha mantenido por el nicho de consumidores que nos busca”.
 
Distintas percepciones en todos los actores del sector, como Rhonda Cevallos, vicepresidenta de Desarrollo y Planificación de la empresa Ambiensa, quien señala que a futuro existiría contracción por diferentes políticas del sistema financiero y por el comportamiento crediticio de los consumidores. El crédito de consumo, por ejemplo, aumentó más del doble en comparación al de vivienda.
 
Elección a la medida
Ubicación, seguridad, área del terreno, acabados… La decisión de compra de una vivienda depende de varios detalles que, en conjunto, permiten que una persona o una pareja tomen la decisión de hacer esa inversión. Casi todas a través de crédito hipotecario.
 
Ligia Granados, jefa de Negocios de la inmobiliaria Investeam, dice que cada vez la gente tiene más conocimientos sobre qué debería tener una vivienda. “El mercado se ha vuelto más analítico y, por ende, exigente al momento de tomar decisiones”.
 
Una de las principales decisiones es si esa vivienda será una casa o un departamento. Una pregunta con diversas respuestas, no solo por cómo está compuesta la familia que la habitará o los planes a futuro de ese comprador, sino por la ciudad en donde se la adquirirá.
 
Guillermo Jouvín Arosemena, gerente general de la compañía Etinar, explica que la preferencia del consumidor dependerá del sector. En el caso de su empresa, comenta, los proyectos que realizan en la zona de la vía a Samborondón están más orientados a departamentos. “El elevado costo de la tierra por la plusvalía ha generado este comportamiento”, indica. Algo similar sucede en la zona de la vía a la Costa, antes tradicionalmente buscada para casas.
 
Similar apreciación tiene Eduardo Rodríguez, gerente general de Conbienes (comercializadora de la empresa Conbaquerizo). Para él, no hay un perfil definido de quien compra un departamento. “Son personas que están forjando su patrimonio, que tienen familias en crecimiento, matrimonios que desean tener un bien que les genere comodidad sin grandes dimensiones…”. Agrega que el objetivo final es optimizar recursos y facilitar el acondicionamiento familiar.
 
Granados (Investeam) explica que las familias más jóvenes consideran vivir en departamentos como algo práctico. “Como cuentan con áreas de uso común (ascensor, jardines e incluso piscinas y canchas), pasan a ser costos compartidos, a diferencia de una casa que requiere de una inversión individual”.
 
Pero no es solo un tema de practicidad sino de espacio, asegura José Javier Jaramillo (Construecuador). Comenta que los terrenos de tamaño considerable donde pueden construirse casas escasean, y no hay otra alternativa que construir en altura. “Los departamentos son la solución habitacional para las grandes ciudades”.
 
Esto no implica que la preferencia mayoritaria, dice Jaramillo,  haya cambiado. “Siempre será una casa”, reconoce. Y es que las casas, explica Rhonda Cevallos, de la empresa Ambiensa, les dan a las familias la oportunidad de ampliación, independencia y comodidad. “Pero siempre dependerá de las necesidades de cada familia y de su capacidad de compra”.
 
En esto influye, dice José Alberto Barrera (Inmocost), que cada vez las familias pasan menos tiempo dentro de su vivienda. “Por eso toman mayor protagonismo los servicios físicos y tecnológicos que ofrezcan los proyectos”. Mucho más, dice, que elegir entre una casa o un departamento, “que se basa más en precio y plazo de pago”.
 
Otro rasgo cada vez más presente en el proceso de compra es la necesidad de contar con materiales sismo resistentes. “A raíz del terremoto se han fortalecido las exigencias en diseños estructurales de ese tipo”, señala Guillermo Jouvín (Etinar).
 
Se ha convertido, además, en un diferenciador, reconoce Jouvín. “Muchos promotores lo destacamos en comparación a proyectos construidos previo a las nuevas normas ecuatorianas de construcción”.
 
El terremoto sucedido en abril del 2016 alertó al sector, pero sobre todo al usuario, que aumentó su curiosidad en conocer ciertas características de los proyectos inmobiliarios. “Hace unos años nadie preguntaba si la construcción tenía esas características, pero ahora es parte del listado de necesidades que nos presentan los clientes”, reconoce Vanessa Mora, coordinador Comercial y Financiera del Consorcio Inmobiliaria Velasco.
 
Una compra cada vez más analizada, no solo en la parte económica sino en lo estructural. Una inversión que se convierte, quizá, en la más importante de una familia y que en general no es impulsiva. Hacerla, en todo caso, es cuestión de confianza.
 

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