La mañana de este viernes 11 de agosto del 2023, en los exteriores de un tanatorio de la capital, se concentraron decenas de ciudadanos y medios de comunicación, que deseaban darle el último adiós al ex asambleísta.
Cerca de las 10:00, arribó Tamia Villavicencio en compañía de otros familiares, quienes denunciaban que Verónica Sarauz, esposa del occiso, presuntamente no les dejaba pasar a la sala de velación e incluso una sobrina indicó que el cuerpo estaba “secuestrado”.
Sin embargo, la hija del candidato rechazó esta afirmación. “Entiendan que ella (Verónica Sarauz) está muy sensible, todavía no puede entender lo que pasa”.
En ese momento, la joven contó que se enteró de la muerte de su padre por una llamada de su mejor amiga.
“Luego me alejé de las noticias porque sabía que iba a ser muy fuerte ver esa información y hablé con una persona de confianza de mi papá y él me confirmó”, relató Tamia.
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Agregó que su padre quería luchar contra la corrupción, pero lamentó que toda la carga estuviera sobre él. “Mi papi se puso en sus hombros el dolor e injusticia de un país y lo hizo solo, por eso lo mataron”.
Después, al ver tanta gente esperando despedir al candidato, dijo: “Veo que no está solo. Que hay muchas personas hermosas aquí acompañándolo”.
“El cuerpo solo es el cuerpo, pero el espíritu está vivo dentro de todos nosotros y quiero decir que Fernando vive y que verán su legado. Espero que en unos años vean lo que vamos a hacer nosotros, sus hijos, y todos los que lo quieren”, aseguró la joven.
Finalizó con el siguiente mensaje para los ecuatorianos: “Que mi papito no haya muerto en vano, que sea una semilla de luz, de empoderamiento, para que todos nos unamos como patria”.
Minutos después entonó una canción con un bombo en la puerta de la funeraria.
Luego del velorio, el féretro salió hacia el cementerio Monte Olivo, donde se realizó una breve ceremonia. Posteriormente, el cuerpo fue trasladado al Centro de Exposiciones Quito. Hasta que en horas de la noche regresó al cementerio para la despedida final.