La presión del conglomerado y federaciones de taxistas a nivel nacional es clara: piden que las aplicaciones digitales que ofrecen el servicio de transporte, tales como Cabify o Uber, dejen de operar en el país. Alegan que vulneran sus derechos y que la competencia se torna desleal. Aunque pocos hacen un mea culpa con respecto a los motivos por los cuales se decantan por las plataformas, antes que por los convencionales.
Por otra parte, el usuario, principal benefactor de tal “servicio” sí está a favor con que estas plataformas electrónicas operen de forma legal en el país. La encuestadora Click Report mostró que el 54 % de los ecuatorianos está de acuerdo con la legalización de estas empresas. Cabify, la multinacional española, brinda sus servicios tanto en Quito como Guayaquil. Mientras que, la americana Uber opera en Cuenca, además de hacerlo en la capital y el puerto principal.
No obstante, el panorama es diferente a nivel cantonal. En las ciudades de la Sierra, estas aplicaciones tienen mayor aceptación que en Guayaquil. Según el estudio de Click, el 66 % de los quiteños y el 33 % de los cuencanos están a favor de la legalización; mientras que en Guayaquil apenas tiene el 42 % de apoyo. Como contexto en la ciudad costera se han dado un par de casos de violación al utilizar estas aplicaciones, así como de tentativa y suceso de secuestro. Cabify brindó el apoyo a las autoridades, mientras que Uber no se pronunció al respecto.