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Ecuador, entre el águila y el dragón

sábado, 20 noviembre 2021 - 16:23
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Tuve el honor de conversar con el presidente de la República Popular China, Xi Jinping. Fue una llamada fructífera y constructiva. Seguiremos cooperando en vacunación; potenciaremos nuestra relación comercial y fortaleceremos la coordinación bilateral”. Así trinó el último día de agosto el presidente Guillermo Lasso, en su cuenta de Twitter.

Lasso habló con el mandatario chino el día previo a ese trino. Uno de los temas del diálogo fue la firma de un tratado de libre comercio con China. En un escenario optimista, está prevista para marzo de 2022.

Al dragón le debemos la pandemia, y en parte también la inmunización. Gracias a la así llamada “diplomacia de las vacunas”, aplicada por el actual gobierno, más de 12 millones de dosis llegaron desde ese país, ya sea a través de la venta o de la donación. El cargamento más reciente de vacunas donadas, medio millón de dosis de Sinovac, se despachaba el último miércoles de octubre, según anunció la embajada ecuatoriana en Beijing. De esta manera, Ecuador logró la meta -promesa de campaña de vacunar a nueve millones de personas en los primeros 100 días de Gobierno. ¿China fue un aliado crucial para un gobierno de derecha?

$!DONACIÓN. A fines de octubre la embajada ecuatoriana en Beijing anunciaba el despacho de medio millón de dosis de vacunas de Sinovac, para la campaña de inmunización anti-COVID.

“Hay una visión pragmática, no ideologizada ni discriminatoria. Un punto es clave. Los intereses superan las posiciones ideológicas. Quizás en el futuro próximo el tema no sea el financiamiento; pero sí el fortalecimiento de las relaciones comerciales entre ambos países porque son beneficiosas”, analiza el académico Milton Reyes Herrera, profesor del Instituto de Altos Estudios Nacionales del Ecuador (IAEN) y de la Escuela de Sociología en la PUCE.

“China es una potencia en ascenso y al subir muestra su mejor cara. Pero, su proyecto inmediato no es llegar al poder global, porque no es cómodo ser visto como el único hegemón, el actor preponderante; su propia visión milenaria obedece a una lógica distinta”, explica Reyes, quien viene estudiando el papel de ese país en la región y en Ecuador, desde hace varios años. Desde esta perspectiva, en Ecuador hay escaso conocimiento de ese país. No es el caso de China, que sí conoce a su contraparte.

$!INSUMOS. En abril de 2020 la empresa pública CRBC de China donó 100 mil mascarillas, guantes, trajes de protección y gafas de bioseguridad. Los insumos fueron destinados a los servidores policiales.

El punto de inflexión ocurrió en 2002, cuando dejó de ser la octava y pasó a ser la sexta economía del mundo. Hasta 1993, China fue exportador de petróleo; pero a partir de ese año empezó a ser un comprador de crudo.

Este proceso de demanda de materias primas generó lo que los economistas llaman el boom de los commodities. Se produjo el fenómeno de búsqueda de recursos naturales y yacimientos de minerales y crudo en distintos países (Latinoamérica incluida), lo que propició el ascenso de la clase media en la región.

En Ecuador, las compañías chinas controlaban, a fines de 2018, más de la cuarta parte de la producción petrolera. Una buena porción del crudo bajo tierra está comprometida hasta 2024 a favor de China, según el estudio “El apalancamiento de Ecuador sobre China, para conseguir una vía alternativa de política y desarrollo”, del académico estadounidense Evan Ellis.

A partir de 2007 se acentúa la relación financiera con China, como menciona el catedrático Reyes Herrera, en el libro “La relación Ecuador-China en el siglo XXI: elementos para la discusión”, publicado en coautoría con el académico Po Chun Lee. Hasta 2016, los créditos chinos a Ecuador superaban los 21,8 mil millones de dólares. Lo que equivale al 22,32 por ciento del PIB de 2016. En otras palabras 1.324 dólares por cada ciudadano ecuatoriano. En relación a la deuda externa de ese año, los créditos con China representaban casi el 56 por ciento del total, según la base de datos del FMI citada en esta investigación de Reyes y Chun Lee.

Un estudio académico difundido a fines de octubre, respecto de los préstamos del Banco de Desarrollo de China sobre la región, arroja luces. La entidad, surgida en 1994, prestó 9.000 millones de dólares a Ecuador, entre 2005 y 2020, revela la investigación de la organización de la sociedad civil Latinoamérica Sustentable. Sin embargo, hay poca transparencia sobre el destino final de los recursos. En otras palabras, no hay información específica que permita estableceren qué se usaron estos préstamos y qué estándares sociales y ambientales se cumplieron en la ejecución de esas obras, según una de las conclusiones que compartió con Vistazo Paulina Garzón, directora ejecutiva.

Si bien los últimos años el flujo de créditos desde ese país se contrajo, la deuda acumulada está pendiente. La relación creció en otra dirección.

A fines de 2018, el entonces presidente Lenín Moreno viajó a China en una visita oficial, en la cual firmó la adhesión a la Ruta de la Seda. Conocida como la Franja y la Ruta de la Seda, es una iniciativa lanzada en 2013, concebida para Europa y Asia, que busca una cooperación en cultura, política y comunicación. En los últimos años el esquema se orientó hacia América Latina. La punta de lanza son proyectos de infraestructura, de comercio y conectividad. Entre los firmantes de la región se incluyen además Uruguay, Bolivia, Chile, Cuba, Venezuela. Para los críticos, este mecanismo puede ahondar el endeudamiento; la dependencia hacia China; y el desarrollo de proyectos extractivos que pongan en peligro zonas ambientalmente frágiles y poblaciones indígenas vulnerables, como las amazónicas. En Ecuador el avance de proyectos mineros y petroleros controversiales en la región de la Amazonia tiene el aval chino.

$!VISITA HISTÓRICA. Xi Jinping fue el primer presidente chino en realizar una visita oficial al Ecuador.

“China no es una potencia benefactora ni una potencia depredadora”, escriben Reyes y Chun Lee en el mencionado libro. “En tanto se reconoce que existe una relación efectiva de asimetría, es necesario que Ecuador identifique sus propios intereses, comprenda la complejidad del gigante asiático y opere bajo la lógica de mutuo conocimiento para generar la mayor posibilidad de beneficio en ambas direcciones”.

Evan Ellis, de su lado, advierte que “China sí representa una fuente de recursos que bajo las circunstancias correctas puede beneficiar al país, por las compras de petróleo, minerales y camarones de Ecuador, por los préstamos e inversiones. Si esta interacción no se realiza en el contexto de un socio con transparencia, hay riesgo. El problema del pasado fue la combinación de un régimen populista, instituciones politizadas y un socio particularmente predatorio, que es China”.

La tercera semana de octubre llegó a Ecuador en una visita de dos días, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken. En su primera gira oficial a América Latina, concedió una entrevista a Vistazo. En ella enfatizó que su país no pide a Ecuador escoger entre China y EE.UU., pero sí recomienda analizar las inversiones que llegan desde el país asiático, sobre todo en ciertas áreas sensibles, y revisar los estándares ambientales, laborales y técnicos de los grandes proyectos de infraestructura que se ejecutan con recursos de esa nación.

$!NOVIEMBRE DE 2016. Los presidentes de Ecuador, a la época Rafael Correa, y de China, Xi Jinping, inauguraron la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair. Hoy tiene fallas técnicas.

Tras las huellas del Banco de Desarrollo de China

La investigación sobre el banco comercial y de desarrollo más grande del mundo, el Banco de Desarrollo de China, se presentó a fines de octubre, por parte de la organización Latinoamérica Sustentable. Paulina Garzón, directora ejecutiva y una de las responsables del estudio, explica el hallazgo fundamental. “Un banco de esta importancia no tiene las más mínimas salvaguardas políticas, mecanismos y procedimientos para realizar una buena gestión socioambiental en el marco de los proyectos que financia”.

Cerca del 85 por ciento de préstamos soberanos chinos a la región proviene de esa entidad. Es, por tanto, el financista más importante y es un “pilar de la política china de cooperación financiera hacia la región y en forma bilateral con Ecuador”. Dentro de las políticas de desarrollo chinas en el contexto internacional, viabiliza políticas. “China necesita recursos naturales como petróleo o minerales, el Banco facilita estos proyectos de extracción en América Latina para que podamos suplir estos bienes a esos mercados”.

Por otro lado, “China tiene sobrecapacidad en ciertos sectores y necesita exportar tecnología y mano de obra; el Banco ayuda a financiar y hacer el tipo de contactos y contratos para que esa sempresas puedan salir fuera de ese país”.

Aproximadamente 9.000 millones de dólares en créditos entre 2005 y 2020 fueron identificados en el estudio. Sin embargo, no hay detalles de cómo se invirtieron, en qué se usaron y en qué estado se encuentran los proyectos.

$!Ecuador, entre el águila y el dragón

EL ESPECIALISTA

SANTIAGO IZQUIERDO, máster en Gestión y Políticas Públicas de la Universidad de Chile, e investigador y experto en temas de cooperación y relaciones internacionales.

“La actual economía internacional ya tiene una nueva forma de medir a la industria, con los indicadores denominados: ESG (siglas en inglés de indicadores ambientales, sociales y de gobernanza), que evalúan el nivel de compromiso de las compañías para hacer sus operaciones más responsables de la sostenibilidad, el impacto social y la gestión.

Inclusive, esto se incorporó en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, que incluyen formas para mitigar los riesgos ambientales y ampliar los derechos humanos. Este es uno de los importantes desafíos de cara a la negociación del acuerdo con China, donde esos estándares son aún lejanos.

Negociar el acuerdo con China será un reto para la administración de Lasso, y probará hasta dónde sus técnicos dotan de una visión geoestratégica a sus objetivos. China debe ser visto como un 'key player' en el mundo, sobre todo, por la tecnología y comercio, esto para Ecuador y América Latina tiene un enorme efecto y es un desafío.

La presencia global ahora ya no es militar, es tecnológica, China genera cada año 100.000 ingenieros, mientras que todos los países europeos producen un tercio y esto, vinculado a temas como salud, medicinas, comunicación, ciencia, medio ambiente, cuestiones con efecto a 10 o 20 años, donde habrá un nuevo sistema internacional, hace del tratamiento de temas comerciales como geoestratégicos.

El gobierno de Lasso entendió que vivimos en un mundo donde podemos tener relaciones y no guerras comerciales y la necesidad de recuperar nuestra economía”.

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