Quienes sean repatriados "tienen prohibición de entrar al Ecuador para siempre", expresó Noboa en una entrevista con el canal Ecuavisa.
El presidente firmó el pasado lunes el Decreto Ejecutivo 139, con el que dispone al organismo estatal que administra las prisiones (SNAI) que tramite la repatriación de extranjeros que cumplen una sentencia en el país.
“A fin de que su sentencia sea ejecutada en el país de origen o nacionalidad de la o del sentenciado, observando en todo momento lo previsto en la normativa constitucional y legal vigente, así como en los instrumentos internacionales aplicables a la materia”, dice el documento.
Agrega que los ministerios de Relaciones Exteriores, de la Mujer y Derechos Humanos, del Interior y de Gobierno, deberán coordinar cualquier acción necesaria para cumplir con lo dispuesto en el decreto.
La medida, que ha sido tildada de "expulsión masiva" por países como Colombia, pretende reducir el hacinamiento en las violentas cárceles ecuatorianas, con capacidad para unas 30.200 personas.
El gobierno izquierdista de Gustavo Petro rechazó el plan de Noboa que involucra a unos 1.500 presos colombianos por considerarla una medida unilateral que, en la práctica, tendría como consecuencia que las personas devueltas queden en libertad del otro lado de la frontera.
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Al ser consultado sobre la posición de Bogotá, Noboa afirmó: "eso es problema de Colombia, pero esa gente no va a poder volver a entrar al Ecuador".
De acuerdo con el censo penitenciario de 2022, en las 36 cárceles ecuatorianas había 31.300 presos, de los cuales 3.200 eran extranjeros.
En su plan para pacificar el sistema penitenciario, Noboa prevé construir durante los próximos once meses dos prisiones de máxima seguridad para los reos más peligrosos.
El mandatario, quien asumió en noviembre para un breve periodo hasta 2025, le declaró la guerra a una veintena de bandas del narcotráfico ligadas a carteles colombianos y mexicanos tras la fuga de un capo.
En medio de la violencia, el mandatario desplegó a la fuerza militar a las calles y cárceles, lo que deja cerca de 4.500 detenidos y 40 toneladas de droga decomisadas en lo que va de enero.
La sangrienta respuesta de las bandas dejó una veintena de muertos en poco más de una semana.