En torno a la muerte de un cóndor adulto, hallado la semana pasada en la parroquia de Cahuasquí, provincia de Imbabura, el Grupo Nacional de Trabajo del Cóndor Andino (Gntca) informó entre sus conclusiones, un posible acto de cacería ilegal.
El pasado miércoles 13 de julio se realizó la necropsia al cadáver de esta ave en la clínica del Zoológico de Quito, con el acompañamiento del Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica (Maate); mientras que especialistas de la fundación Gntca efectuaron un barrido minucioso en la zona donde se encontró al cadáver.
El principal hallazgo de este procedimiento fue una bala de 13 mm en el interior de la clavícula izquierda del ave. Según Nicole Ormaza, veterinaria del Zoológico de Quito, “no se podría asegurar que esa bala lo mató, pero por ese impacto posiblemente cayó”.
Por su parte, Daniela Fernández, veterinaria de Fundación Cóndor Andino, opinó que “este hallazgo es de mucha importancia. Nos indica que la cacería ilegal sigue siendo hasta el día de hoy una de las principales amenazas que afectan no solo a esta especie, sino a un sinnúmero más”.
Ambas especialistas explicaron que el cuerpo del cóndor se encontraba en un avanzado estado de descomposición, “lo que no nos permitió hacer una evaluación completa, porque todo lo que es músculo y órganos no estaba”, señaló Ormaza.
Debido a ello, “se perdieron muchas pruebas o indicios de lo que pudo haberle sucedido, lo que hace difícil determinar la causa de muerte de manera precisa”, añadió Fernández.
No obstante, el procedimiento permitió obtener indicadores relevantes del estado del animal, como la condición de los huesos, por ejemplo, en los que se detectaron rastros de mordeduras de perros que el cuerpo sufrió después del fallecimiento del cóndor. Además, el cadáver fue hallado sin cabeza, con signos de golpes y estrangulación en su cuello.
Ormaza señaló que, debido a la presencia de larvas de mosca, desplegadas a lo largo del cuerpo, y del escarabajo derméstido que solo aparece en un cuerpo descompuesto, se estima que el ave fue encontrada al menos una semana después de su fallecimiento.
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Por su parte, Fernández expresó que “a pesar de que existan leyes que prohíben disparar a especies silvestres amenazadas, hay personas que no le dan la importancia necesaria y esto demuestra que falta sensibilización y más conciencia por parte de nosotros para poder convivir en armonía con todos los seres vivos que nos rodean”.
El artículo 247 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) señala que “la persona que cace, pesque, capture, recolecte, extraiga, tenga, transporte, trafique, se beneficie, permute o comercialice, especímenes o sus partes, sus elementos constitutivos, productos y derivados, de flora o fauna silvestre terrestre, marina o acuática, de especies amenazadas, en peligro de extinción y migratorias, listadas a nivel nacional por la Autoridad Ambiental Nacional así como instrumentos o tratados internacionales ratificados por el Estado, será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años”.
Como acción urgente de prevención, Fundación Cóndor Andino, con el apoyo del Consejo Consultivo Local de Educación Ambiental de Imbabura (Cclea Imbabura), Maate Imbabura y la Prefectura de Imbabura, tienen previsto llevar a cabo talleres y acciones de sensibilización en las comunidades cercanas a Cahuasquí y otras zonas que se consideran prioritarias para la protección del cóndor andino y su hábitat.