Ecuador declaró este domingo en alerta roja a 193 de los 221 cantones, incluidos Quito, Cuenca y Guayaquil, y suspendió las clases ante un acelerado incremento de casos de COVID-19 (alza del 300 % en la última semana). La medida regirá desde este lunes 17 hasta el domingo 23 de enero de 2022.
De acuerdo con los niveles de contagio en las provincias y las condiciones de los sistemas de atención sanitaria, las autoridades decidieron activar el Semáforo de Protección COVID-19, con el objetivo de organizar las actividades, prevenir el congestionamiento de los hospitales y la pérdida de vidas.
De los 221 cantones que forman el país, 193 están en "luz roja", 26 en "luz amarilla" y solo dos en "luz verde". De ello depende la aplicación de las medidas de restricción de los aforos y presencialidad de las clases.
La medida se debe a que los contagios se incrementaron de 4.000 en la semana de Navidad a más de 42.000 en la segunda semana de enero, dijo el viceministro de Salud, José Ruales.
Agregó que "este número de contagios es el más alto que hemos visto desde el inicio de la pandemia" en Ecuador, que declaró la presencia del virus en febrero de 2020.
Hasta 2021, el récord semanal de contagios fue de 13.037, contabilizado del 25 de abril al 1 de mayo, según la estadounidense Universidad Johns Hopkins.
Ruales anotó que el alza de infectados es una tendencia que se está dando a nivel mundial por la combinación de la variable Ómicron, su alta transmisibilidad, y las recientes celebraciones por la Navidad y Año Nuevo.
El viceministro explicó que pese al aumento del contagio, no se ha notado un incremento en la mortalidad, algo que seguramente obedece al avance en los procesos de vacunación en el país.
No obstante, el incremento de casos de contagio ha generado una presión en los servicios de atención sanitaria, sobre todo en los sectores de consultas externas y en emergencias, con una gran parte de casos entre leves y moderados.
Ecuador, con 17,7 millones de habitantes, registra 614.032 casos (3.469 por cada 100.000 personas) y 34.219 muertos, constituyéndose en la séptima nación latinoamericana con más fallecidos por COVID-19, según un conteo de la AFP en base a cifras oficiales.
De su lado, el presidente del COE, Juan Zapata, reiteró que "Ecuador se encuentra, epidemiológicamente, en semáforo en rojo", por lo que hizo un llamamiento a la corresponsabilidad ciudadana para mantener las normas de bioseguridad: uso de mascarilla y distanciamiento físico, entre otras.
Recordó que las normas que establece el COE a nivel nacional son obligatorias, pero mencionó que son los municipios los que deben ajustar las medidas, acorde con las exhortaciones que realiza el Comité de Operaciones de Emergencia.
La que viene es una semana "sumamente sensible para el país", por lo que el sacrificio que se pide a la población busca mejorar las condiciones y superar la pandemia, añadió Zapata.
La ministra de Educación, María Brown, indicó a su vez que ante la nueva oleada de contagios se dispuso la suspensión de clases hasta el 21 de enero en los cantones que están en rojo, siguiendo un sistema con el que se mide el nivel de riesgo.
Se suspenden las clases presenciales en 193 cantones, declarados en "semáforo rojo"
Ruales añadió que además los aforos en sitios públicos se reducirán a 30% en las localidades en rojo, a 50% en las que están en amarillo y a 75% en las de verde.
Además se suspendieron las actividades en los centros de cuidado de niños de hasta cuatro años de edad, en virtud a que ese grupo etario aún no está vacunado.
Ecuador, que en diciembre dispuso la obligatoriedad de la vacuna anticovid, está inmunizando a las personas de cinco años en adelante, que suman 16,1 millones de los 17,7 millones de pobladores.
El país ha completado el esquema de inoculación a 81% (13,1 millones) de la población vacunable. También ha colocado la primera dosis a 1,9 millones de personas.