Mayra Salazar, testigo protegido del caso Metástasis, ya está en su país de destino, según confirmó su abogado Leonardo Toledo. La exconvicta quedó en libertad el pasado viernes 14 de marzo tras cumplir su condena de 15 meses de prisión por el delito de delincuencia organizada.
La excomunicadora de la Corte Provincial del Guayas salió de la cárcel de Ambato en medio de un fuerte resguardo policial y militar. La llevaron en una tanqueta hasta la Unidad de Vigilancia de la capital de Tungurahua para luego subirla a un helicóptero, que la llevó hasta un cuartel policial en Tumbaco, al noroccidente de Quito.
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Posteriormente, Salazar fue escoltada hasta el aeropuerto internacional Mariscal Sucre, donde tomó un vuelo rumbo a Panamá.
“Panamá fue un país escala”, recalcó Leonardo Toledo a Vistazo. Agregó que la testigo protegida “ya se encuentra en el destino final, el país que le otorgó asilo”.
Ante los rumores de que la residencia final sería Estados Unidos, Toledo apuntó que era falso y evitó dar mayores detalles.
Mayra Salazar quedó en libertad luego de cumplir una condena de 15 meses, ya que se acogió a un procedimiento abreviado y firmó un acuerdo de cooperación.
Ella proporcionó información relevante para el surgimiento del caso Purga, que investiga una serie de actos de corrupción en la Corte Provincial del Guayas, pero no solo eso, sino que también dio datos de otros temas como el tráfico de tierras.
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Días antes de que su defendida saliera de la cárcel, Leonardo Toledo contó a Vistazo que ya estaba definido el país de destino de la exrelacionista pública.
El abogado evitó dar mayores detalles para precautelar la integridad de la excomunicadora, pero avanzó que la residencia final también dependerá de la comodidad y expectativas de la mujer.
Según el jurista, la sentenciada en el caso Metástasis y pieza clave en el caso Purga, ha expresado su deseo de emprender una vida completamente diferente a la que soñaba antes de ser detenida. Cabe recordar que, en los chats de su teléfono, Salazar mencionaba que quería dinero a toda costa. “Necesito hacer plata y lavar de verdad”, escribió en una conversación sobre la falta de recursos para comprar una casa.
Ahora, la comunicadora aspira “una vida tranquila”, según narró Toledo. “Quiere trabajar haciendo algo sencillo, que le permita sostenerse, quiere seguir con la lectura, el ejercicio, y no quiere saber nada de las personas que estuvieron antes en su vida, más allá de dos o tres personas que estuvieron con ella todo este tiempo”.