Mayra Salazar , sentenciada en el caso Metástasis, quedó en libertad la tarde de este viernes 14 de marzo del 2025 . La excomunicadora de la Corte Provincial del Guayas salió de la cárcel en medio de un fuerte contingente de seguridad y luego fue subida a un helicóptero con rumbo a Quito .
Alrededor de las 12:25, Salazar abandonó la cárcel de Ambato, en la provincia de Tungurahua, tras cumplir con su pena de 15 meses de cárcel por el delito de delincuencia organizado.
Ella se acogió a un procedimiento abreviado y firmó un acuerdo de cooperación eficaz con la Fiscalía, lo cual ayudó a que el Ministerio Público revele el caso Purga .
La exrelacionista pública salió en medio de un fuerte contingente de seguridad, que incluía policías y militares.
Luego, fue subiendo a una tanqueta militar y la llevaron al Comando de la Policía , donde tomó un helicóptero que la dirigirá hasta Quito.
En un video de redes sociales se evidencia que Salazar fue escoltada por un tumulto de agentes. Llevaba puesto un casco y chaleco antibalas. Además, tenía una cartera y varios libros o cuadernos .
Por el momento, se desconoce lo que sucederá después, pero el abogado de la expresionista avanzó hace unos días que la mujer irá a un aeropuerto y luego viajará a otro país para empezar una nueva etapa en su vida .
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Leonardo Toledo, abogado de Salazar, contó a Vistazo que ya estaba definido el país de destino de la ex relacionista pública.
El abogado evitó dar mayores detalles para precautelar la integridad de su defendida, pero avanzó que la residencia final también dependerá de la comodidad y expectativas de la mujer.
Según el jurista, la sentenciada en el caso Metástasis y pieza clave en el caso Purga, ha expresado su deseo de emprender una vida completamente diferente a la que soñaba antes de ser detenida. Cabe recordar que, en los chats de su teléfono, Salazar mencionaba que quería dinero a toda costa. “Necesito hacer plata y lavar de verdad”, escribió en una conversación sobre la falta de recursos para comprar una casa.
Ahora, la comunicadora aspira “una vida tranquila”, según narra Toledo. “Quiere trabajar haciendo algo sencillo, que le permita sostenerse, quiere seguir con la lectura, el ejercicio, y no quiere saber nada de las personas que estuvieron antes en su vida, más allá de dos o tres personas que estuvieron con ella todo este tiempo”.