Desde el primer Censo de Población, en 1950, hasta la actualidad, muchas cosas cambiaron en la realidad de las mujeres ecuatorianas. Pese a los avances en varias áreas, todavía hay tareas pendientes para más del 51% de la población.
Hace 75 años, el 55% de las ecuatorianas residían en el área rural. Ahora, en el campo vive apenas el 36%. Esta comparación demográfica muestra cómo el área urbana brinda más oportunidades a las mujeres, en especial en lo relacionado al acceso a la educación. Para tener una perspectiva adecuada hay que considerar que la población creció cinco veces en relación a 1950. En esa ocasión eran más de 3,2 millones de ecuatorianos y actualmente son 16,9 millones.
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En 1950, el 49% de las mujeres, cerca de 550 millones, eran analfabetas. En tanto que sólo el 91% que accedió a la educación formal alcanzó la primaria (más de 542 mil). Mientras que ahora, el analfabetismo es del 4%, es decir, cerca de 282 mil mujeres no saben leer ni escribir en el país.
Del otro lado de la orilla, en el primer Censo se registraron a dos mil mujeres universitarias. En cambio, en el octavo Censo de Población más de un millón ya cuenta con un título postbachillerato (educación técnica o tecnológica, tercer y cuarto nivel, incluido Phd/Doctorado). Según cifras actuales del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), más de 1,9 millones de mujeres asistieron o asisten a establecimientos postbachillerato.
Otra de las aristas que cambió en ese lapso es la participación femenina en la economía ecuatoriana. En 1950, el 22% de las mujeres era parte de la población económicamente activa (PEA), es decir, 318 mil personas. Lo contrario ocurría con los hombres, que el 56% estaba en la PEA.
En esos años, la mitad de ellas trabajaban como artesanas y afines para las industrias manufactureras. En menor medida en los sectores agrícolas, pesqueros, ganaderos y silvicultura, al igual que en servicios. Muy pocas (más de ocho mil) laboraban como profesionales y técnicos. Incluso, apenas 59 mujeres conducían medios de transporte.
Lo interesante es que el 11% eran empleadores y trabajadores por cuenta propia. En cambio, el 81% eran empleadas y obreras.
Mientras que en el VIII Censo, el 75% de las mujeres forman parte de la PEA. De ese rubro, el 41% se encuentra ocupado. ¿En qué áreas trabajan? Más de la mitad como trabajadores de servicios y vendedoras, operarias y ocupaciones elementales. Mientras que 53 mil lideran cargos directivos y gerencias. Lo llamativo: el 16% trabaja como profesionales, científicos e intelectuales.
El 16% de los jefes de hogar era mujer en 1950. Ahora es el 35%. En esa ocasión, eran familias extensas. De acuerdo a los datos del INEC, en ese momento había más de 41 mil hogares conformados por más de 10 personas. Además, más de la mitad de las familias estaban compuestas por más de cinco integrantes.
En la actualidad hay un promedio de 3,2 miembros por hogar. Más de la mitad es nuclear, conformado por padres e hijos. También se considera ahora en la estadística a los hogares unipersonales, extensos, compuestos y sin núcleo. Además, el 58% tiene mascotas, sean perros y/o gatos.
Esta es una muestra de cómo cambió el rol de la mujer ecuatoriana en los últimos 75 años, de cuando se realizó el primer Censo de Población.