Eran alrededor de las 19h00 del sábado 7 de septiembre cuando cuatro jóvenes fueron sacados de sus casas, arrojados al suelo y ejecutados en la cooperativa 5 de Junio, a 500 metros del santuario del Divino Niño, en Durán. Esa noche, el sonido de las balas alertó a Jorge, de 56 años, que vive en la zona desde hace dos décadas. “Sentí un terror indescriptible”, narra a través de una nota de voz.
La masacre ocurrió en plena vigencia del toque de queda impuesto desde el 8 de agosto, como parte del estado de excepción, una medida reiterada que los durandeños han visto declararse y renovarse desde 2022 como un intento para contener la extrema violencia en sus calles.
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Hoy, Durán carga el pesado título de ser el cantón más violento de Ecuador. Entre enero y septiembre se han registrado 319 muertes violentas, lo que representa un aumento del 80 por ciento en comparación con el mismo período de 2023.
Lo que antes parecía impensable para sus habitantes se ha vuelto cotidiano. El día de San Valentín de 2022, la aparición de cadáveres colgados en un puente peatonal fue un primer indicio de un cambio drástico en el panorama delictivo. Desde entonces, la proliferación de extorsiones, secuestros y, más recientemente, crímenes con cuerpos incinerados ha alcanzado niveles de horror en un territorio donde ni siquiera el alcalde se atreve a entrar.
Surge con urgencia la pregunta: ¿Cómo se convirtió Durán en el epicentro de la violencia?
Un punto crucial para entender la historia de Durán es empezar por su ubicación en la margen oriental del río Guayas. En 1970 la inauguración del puente “De la Unidad Nacional”, acercó a Guayaquil a la entonces parroquia rural. A partir de allí, cada octubre, los guayaquileños acudían masivamente a la imperdible Feria Internacional.
En 1986, el presidente Febres Cordero puso el ejecútese a la cantonización de Durán, lo que consolidó un importante rol industrial y comercial. En los 90, “el sector camaronero estaba en auge, y había empacadoras, fábricas de hielo, balanceado, etc”, recuerda un miembro del gremio industrial, quien pidió mantener su nombre en reserva.
Lo que en un momento se conoció como “la ciudad dormitorio” empezó con el anuncio de un gran proyecto habitacional denominado “El Recreo”, impulsado por el gobierno de Abdalá Bucaram. El temprano fracaso de ese régimen impulsó el desorden. Durán creció rápido, con una expansión caracterizada por la informalidad y los asentamientos irregulares.
Según el industrial entrevistado, quien prefirió el anonimato, fue en ese periodo cuando el cantón se sumió en el desorden, acelerado por la corrupción política. Es que, dice, es clave ver quiénes lo han gobernado. “Todas las administraciones municipales permitieron las invasiones, lo que creó corredores de pobreza, invasiones que no tenían ni tienen los servicios básicos”, cuestiona.
Desde que en 1992 el máximo personero municipal tiene el rango de alcalde, han pasado cinco alcaldes y dos alcaldesas. El Partido Social Cristiano (PSC) ha estado al mando durante 22 de los 32 últimos años. En cuanto a tiempo de gobernanza le siguen el correísmo con cinco años, el roldosismo con cuatro y el actual, Luis Chonillo, con año y medio.
La primera mujer alcaldesa, entre 2000 y 2008, fue Mariana Mendieta, del PSC. Durante su gestión, las demandas de agua y alcantarillado trajeron cuestionamientos. Hacia el final de su mandato fue acusada de irregularidades en la contratación de obras en el mercado central. En su contra se emitió una orden de captura que la obligó a dejar el cargo. En 2011, Mendieta fue absuelta por la justicia.
A pesar de las críticas a su labor, su influencia no se desvaneció y la heredó su hijo, Dalton Narváez, quien la sucedió en dos periodos no consecutivos (2009-2014 y 2019-2023). Fue durante la gestión de Narváez cuando un exasambleísta del PSC, hoy procesado por delincuencia organizada, se habría apropiado de terrenos en Durán.
"Muchos políticos han estado históricamente involucrados en este negocio", afirma Renato Rivera, coordinador del Observatorio Ecuatoriano del Crimen Organizado (OECO). "La lógica del tráfico de tierras es evidente en Durán, una ciudad en crecimiento, especialmente alrededor del sector industrial y las grandes extensiones para bodegas".
Actualmente el paradero de Narváez es desconocido desde el 16 de abril, cuando la Fiscalía le formuló cargos por presuntas irregularidades en un contrato de agua potable, que habría causado un perjuicio de más de 37 millones de dólares.
También bajo la lupa de la Fiscalía está la actual asambleísta Alexandra Arce, de la Revolución Ciudadana, quien fue alcaldesa de Durán entre 2014 y 2019. Arce está siendo investigada por presunto peculado en contratos de agua potable, un recurso casi inexistente en un cantón bañado por los ríos Babahoyo y Guayas, los más caudalosos del litoral ecuatoriano. Aún hoy el 60 por ciento de los durandeños recibe el líquido vital a cuentagotas a través de tanqueros.
Pudimos contactarnos con un exoficial del Ejército que, como muchos, prefiere permanecer en el anonimato por seguridad. Él coincide en que lo que retrata a Durán no es sólo producto del crimen organizado, “sino también lo que ahora se llama narcopolítica. En aquel entonces, corrupción política”.
Añade que varios hitos marcaron el declive de Durán. Uno de los más significativos fue el cierre de la tradicional Feria, en 2014, en el gobierno de Rafael Correa. Era un evento que impulsaba la economía local en los meses previos a Navidad y Año Nuevo. Además, asegura que el cierre del Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional (Secap) dejó un vacío en la formación de jóvenes y adultos en diversos campos.
En ese mismo año también se introdujo la controvertida "tabla de drogas" que marcó un punto de inflexión en la dinámica de la violencia en Durán. Fuentes policiales señalan que "las bandas vieron una oportunidad con la aprobación de esta tabla".
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La psiquiatra Julieta Sagnay, especialista en adicciones, concuerda que la violencia comenzó a gestarse en ese periodo en el que se promovió la noción de "dosis personal". A su juicio, esto redujo significativamente la "percepción del riesgo" entre los jóvenes, lo que llevó a muchos a experimentar con sustancias como la heroína.
Al convertirse en adictos, fueron vulnerables al reclutamiento por parte de organizaciones criminales para el microtráfico, dice Sagnay. Actualmente, Durán está entre los cinco cantones con la mayor tasa de homicidios de niños, niñas y adolescentes, siendo el rango de entre 15 a 19 años el más afectado. La psiquiatra narra que a estos jóvenes se les ofrecen hasta 500 dólares para ser reclutados por la mafia e iniciar su camino en el sicariato. Uno de sus pacientes, de apenas 13 años, expresó abiertamente su deseo de "poder, territorio y drogas".
Lo que antes era una ubicación privilegiada para la industria, a la orilla izquierda del río Guayas, derivó en un punto estratégico para las organizaciones narcodelictivas debido a su corredor fluvial que facilita el almacenamiento y transporte de drogas.
La estocada final llegaría con la pandemia en 2020. La razón va más allá de la fragmentación de grupos locales como Los Choneros; a escala internacional, se vivió un antes y un después en el tráfico de drogas. “Gran parte de la cocaína que debía ser exportada a mercados internacionales quedó almacenada en Ecuador, y este almacenamiento se concentró en Durán”, señala el director del OECO, Renato Rivera. Así mismo, organizaciones más pequeñas en esa época, como Los Chone Killers, crecieron en el mercado internacional de la cocaína, estableciendo nexos con el cártel Jalisco Nueva Generación y con redes balcánicas.
Rápidamente el cantón dejó de ser solo un centro de acopio y se transformó en una gran empresa criminal dedicada al desarrollo, distribución, lavado y reclutamiento. Y, por ende, en un campo de batalla entre organizaciones delictivas: unas que luchan por recuperar su poder y otras decididas a despojarlas de lo que les queda.
En este escenario, analistas de seguridad consultados advierten que el Gobierno carece de un plan preventivo, mostrando una respuesta más reactiva e improvisada. Por ejemplo, el 17 de julio, el presidente Daniel Noboa, rodeado de tanquetas, afirmó no tener miedo de enfrentar al crimen organizado y criticó a la clase política: "¿Dónde están ahora? Escondidos, huyendo de las mafias". Aunque no dio nombres, su crítica recordó el intento de asesinato del alcalde Chonillo en su primer día en funciones.
Chonillo, quien ha gobernado de forma telemática, fue recientemente cuestionado por tomar vacaciones después de que la policía desmantelara una estructura criminal liderada por Julio Martínez, alias "Negro Tulio", cabecilla de Los Chone Killers, que habría estado infiltrado en varias instituciones municipales.
Se reveló además que la pareja sentimental del detenido habría ganado un contrato para la regeneración de un parque municipal por cerca de 200 mil dólares, como reveló la investigación de Ecuavisa y Connectas. Vistazo intentó contactar al alcalde tras su regreso, pero el departamento de comunicación indicó que “no está dando entrevistas”.
La promesa de salvar a Durán se ha convertido en un tema recurrente en los discursos políticos y seguramente cobrará fuerza en las próximas elecciones. Los analistas advierten que es urgente sanear las instituciones y desarticular a los operadores de la delincuencia organizada. La recuperación del territorio no tendrá soluciones inmediatas, mientras los más de 300 mil habitantes —un 66 por ciento en condiciones de pobreza— continúan siendo víctimas de secuestros y extorsiones.