En Ecuador se ha duplicado el número de niños rescatados de las calles por situación de mendicidad o trabajo forzado, según datos de la Policía a los que accedió Vistazo. En la mayoría de los casos son los propios padres quienes exponen a sus hijos por la falta de recursos o son bandas que lucran con su inocencia.
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¿Alguna vez ha comprado un producto o regalado una moneda a un niño? Quizás lo ha hecho con una buena intención, pero la realidad es que puede estar aportando a una estructura criminal. Es lo que quedó evidenciado el pasado 18 de octubre del 2024, cuando las autoridades descubrieron que dos madres de nacionalidad extranjera alquilaban a sus hijas por cinco dólares diarios. Las prestaban a sujetos sin ningún vínculo familiar para que vendieran caramelos en las calles o pidieran limosnas.
Agentes policiales fueron alertados de que en los exteriores de un centro comercial en Sangolquí, al suroriente de Quito, estaba una bebé de apenas un año llorando desconsoladamente en los brazos de un hombre, quien aprovechaba esta situación para mendigar.
A pocos pasos de ese lugar había otro individuo con tres niñas de 5, 7 y 11 años. También eran obligadas a trabajar en las calles por varias horas bajo el sol o la lluvia. Una de las madres confesó que tenía otra niña encargada con un extraño, por lo que fueron cinco los infantes rescatados.
Las menores de edad fueron llevadas a casas de acogida. Mientras que las dos madres y dos sujetos quedaron arrestados por 30 días luego de que un juez les dictó prisión preventiva.
Este no es el único caso, desde enero hasta el 27 de octubre del 2024, la Policía ha rescatado a 2.394 niños y adolescentes en las calles de todo el Ecuador, una cifra mayor a la del 2023 cuando se detectaron 1.020 pequeños en ese mismo periodo de tiempo.
Las zonas con mayor número de mendicidad y trabajo infantil son: Guayaquil (Guayas), Quito (Pichincha), Los Ríos, Manabí, el resto de cantones del Guayas, Imbabura, Napo, Tungurahua, Esmeraldas y Orellana.
“Hay padres que utilizan a sus hijos como un negocio que es sancionado por la ley, pero siguen ejecutando esta actividad porque dicen que no tienen trabajo. Por otro lado, también se han detectado bandas dedicadas a explotar niños”, apunta Santiago Zapata, subdirector de la Dirección Nacional de Investigación contra la Violencia de Género, Mujer, Familia, Niñez y Adolescencia, Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes (DINAF).
Revela que hay organizaciones criminales que alquilan a menores de edad de la periferia de las ciudades y bajan a los centros comerciales para ponerlos a pedir dinero. “Por cada niño tienen una ganancia económica y los tienen en las veredas hasta las siete u ocho de la noche”.
Detrás de un niño en la calle hay múltiples causas que lo llevaron hasta esa situación de indefensión. En Quito, por ejemplo, la principal razón es la desigualdad. Según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), un 6,5% de los hogares en la capital cuentan con al menos una necesidad básica insatisfecha hasta el 2023. Mientras que la tasa de desempleo es de 8,2%, un valor mayor a la cifra nacional contabilizada en 3,5% hasta el segundo trimestre del 2024.
Ramiro Pinos, de la Secretaría de Inclusión Social del Municipio de Quito, menciona que “la pandemia y los temas de movilidad humana también han sido detonantes” para ver a más niños en las aceras de la ciudad. De hecho, la capital es la zona del Ecuador con mayor número de migrantes venezolanos.
Añade que en este tema también hay una corresponsabilidad ciudadana. “Si les compran productos o les dan dinero estamos provocando que más niños salgan a las calles, incluso contribuimos con redes de trata”.
El funcionario explica que en el mes de diciembre es cuando más mendicidad se palma en la urbe porque la gente reparte víveres debido a las festividades navideñas. De hecho, hay familias que llegan de otras ciudades solo para recolectar donaciones.
“Existen generaciones de familias que han estado en la mendicidad y siguen en la mendicidad. Por ejemplo, alrededor de los centros comerciales de las Naciones Unidas hay familias que antes operaban en la plaza de Las Américas”, comenta Pinos, quien afirma que se han hecho intervenciones con apoyo de la Policía, pero nuevamente vuelven “porque sigue habiendo la demanda”.
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La secretaría de Inclusión Social del cabildo quiteño estima que en la ciudad hay unos 7.000 menores de edad en situación de mendicidad. Mientras tanto, el Patronato Municipal San José atiende aproximadamente 909 menores a diario en sus 11 puntos y centros de atención para erradicar el trabajo infantil.
“Estos pequeños se exponen a temas de abuso, violencia, enfermedades, abandono de sus estudios, accidentes de tránsito y desnutrición”, detalla Ruth Narváez, directora del patronato, quien subraya que a largo plazo el resultado es una sociedad más desigual.
Por ello, menciona que el servicio de Erradicación de Trabajo Infantil: Guardianes de la Niñez, donde se atiende a menores entre 5 y 15 años, busca ser un espacio de contención en el que los infantes cuentan con apoyo en sus tareas escolares, actividades artísticas y recreativas, atención psicosocial y alimentación saludable.
Además, hay seis puntos ubicados cerca de los mercados, donde se brinda un espacio de descanso seguro para niñas y niños de comerciantes autónomos no regularizados.
El pasado 17 de octubre, el Municipio de Quito también suscribió un acuerdo con centros comerciales y DINAPEN para concientizar a la población sobre esta problemática a través de estrategias educomunicacionales y capacitar a trabajadores de esos lugares para que denuncien posibles delitos.
Si usted evidencia algún hecho de mendicidad o trabajo infantil contáctese al 911 o al 1800 DELITO. Con tan solo una llamada puede salvar a un pequeño incluso de redes criminales.