Un grupo de 116 ecuatorianos aterrizó este lunes en Quito en un vuelo humanitario fletado por el Gobierno de Ecuador para facilitarles la salida de Israel, donde se encontraban en el momento que estalló el conflicto desencadenado por el ataque terrorista de Hamás perpetrado el 7 de octubre.
Entre los pasajeros, también se sumaron 78 ciudadanos de siete países de Latinoamérica: 52 peruanos, 11 dominicanos, 7 costarricenses, 4 guatemaltecos, 2 hondureños, un boliviano y un paraguayo, según detalló el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, además de dieciocho mascotas que portaban algunos de los viajeros.
"La solidaridad de Ecuador quedará para la historia al haber ayudado a siete países hermanos a que vengan sin distinción de ideologías, partidos políticos, edad o condición económica", señaló el canciller Gustavo Manrique al recibir a los pasajeros en Quito.
El avión partió el domingo a las 18:54 del aeropuerto Ben Gurión, de Tel Aviv, y aterrizó a las 7:11 de este lunes en el aeropuerto Mariscal Sucre, de Quito, tras haber realizado previamente una escala técnica de unas cuatro horas en Madrid.
La mayoría de los ecuatorianos que retornaron se encontraban en Israel por turismo, temas educativos y residencia.
"El Gobierno Nacional garantizó un proceso rápido en migración, aduanas, control epidemiológico, asistencia médica y apoyo psicológico", indicó la Cancillería.
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Operativos de retorno
Manrique explicó que en total había unos 850 ecuatorianos en Israel y 35 en territorios palestinos, de los que unos 140 salieron previamente por otras vías, por lo que junto a los 116 retornados en este vuelos humanitario, suman cerca de 260 que decidieron partir, mientras que los demás han preferido de momento quedarse.
En este vuelo humanitario llegó junto a su hija menor la ecuatoriana Joanna Silva, que vino con el corazón partido al haber dejado en Haifa a su esposo, que prefirió quedarse porque "parte de su familia ha sido secuestrada, cree que están en Gaza y siente que traicionará a su país si se marcha".
A pesar de todo, Silva, que llevaba tres años en Israel, afirmó sentirse "feliz de estar en casa después de una semana que ha sido como una pesadilla", (...) "casi sin dormir, corriendo a los búnkers a escondernos, con el miedo de escuchar algún ruido y que sea un terrorista que quiera entrar a la casa".
En Tel Aviv estaba estudiando desde hace dos meses el ecuatoriano Jefferson Sangucho, que tras el ataque de Hamás buscó regresar pero le cancelaron dos vuelos y pudo abordar el de la Cancillería.
Para la peruana-israelí María Belinda Uceda y su familia, llegar a Quito les hizo sentir "a salvo, lejos de la tensión, el estrés y el miedo permanente" que tenían durante la última semana, que fue "muy tensa".
"No pensábamos regresar en verdad, pero se ha puesto tan fuerte que lo hago por mi hijo. Espero que esto se calme y quiero de todas formas regresar a Israel, porque estoy orgullosa de ser también israelí y quiero ayudar a levantar ese país", señaló.
En nueve días de guerra entre Israel y las milicias palestinas, en la Franja de Gaza se registran al menos 2.670 muertos, la cifra más alta en la historia del enclave, 9.600 heridos y una crisis humanitaria por los bombardeos de Israel. En el lado israelí, tras el ataque de Hamás, se contabilizan unos 1.400 muertos, más de 3.600 heridos y al menos 120 secuestrados.
Entre las víctimas y los desaparecidos no hay de momento registro de ciudadanos ecuatorianos, según el último reporte ofrecido por la Cancillería ecuatoriana.