Ya ha pasado más de un año calendario que el mundo se ha volcado masivamente al teletrabajo luego de la pandemia. La tendencia se mantendrá por un largo tiempo, según el estudio Resetting Normal: cambios empresariales, el 77% consideró que luego de la pandemia será apto combinar el trabajo presencial y remoto. No obstante, esto ha significado un gran reto para las madres de familia.
El principal factor ha sido la mezcla entre productividad laboral y responsabilidades del hogar, más aún cuando convive todo el día con sus hijos debido al cierre de las escuelas. Por su parte, también representa un desafío para las compañías encontrar herramientas que garanticen dicho balance para sus empleadas.
Sumado a la flexibilidad horaria, opciones como el salario emocional pueden representar beneficios para las colaboradoras. De acuerdo con Adecco Ecuador, el salario emocional se refiere a todos aquellos beneficios no económicos que reciben los colaboradores por parte de la empresa que logran un equilibrio para los empleados, como programas de hábitos saludables, espacios para capacitación y desarrollo e incentivos de tiempo flexible.
Algunas compañías, como la química BASF, han optado por dar días compensatorios para que las madres puedan estar con sus hijos. En su caso, dan libre la mitad del día por el cumpleaños de cualquier miembro de su familia cercana. Otro caso es el de Aseguradora del Sur, quienes se comprometieron a no tener reuniones antes de las 10 de la mañana, así como tampoco en horas de almuerzo, para dar ese tiempo a la familia de sus colaboradores.
“El teletrabajo es una realidad que se mantendrá en el futuro, por lo que es fundamental que las empresas se adapten a las necesidades específicas de los colaboradores”, explica Gabriel Pinto, gerente de recursos humanos de BASF. Acota que la construcción de un clima de empatía y comprensión de la importancia del rol maternal es lo que genera ese equilibrio entre la vida laboral y personal.