"Pido misericordia": La súplica ante el juez de los padres de Kristel Candelario, condenada por la muerte de su bebé
La ecuatoriana fue detenida tras abandonar a su hija de tan solo 16 meses en una casa de la ciudad de Cleveland el 6 de junio del 2024, mientras llevó a cabo un viaje turístico de diez días.
Frente a fotografías de su nieta fallecida y ante su hija esposada, en el Tribunal de Apelaciones Comunes del condado de Cuyahoga, en Estados Unidos, los padres de la ecuatoriana Kristel Candelario pidieron piedad al juez que llevó su caso.
La mujer de 32 años fue detenida tras abandonar a su hija Jailyn, de tan solo 16 meses, en una casa de la ciudad de Cleveland el 6 de junio del 2024, mientras llevó a cabo un viaje turístico de diez días por Detroit, otra urbe estadounidense, y la isla caribeña de Puerto Rico.
La bebé Jailyn había quedado en su cuna. Al ser encontrada sin vida por Candelario tan pronto arribó de vuelta a su casa, agentes de la Policía de Cleveland llamados por la madre acudieron y reportaron que estaba “envuelta en mantas sucias con heces y orina”. Se constató posteriormente que la pequeña murió por deshidratación.
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Después del descubrimiento la guayaquileña, que ya había dejado sola a la bebé, totalmente desprotegida, en más de una ocasión, según dijeron vecinos a medios locales, fue detenida y se puso un marcha un caso que el juez Brendan Sheehan consideró como uno de los "más horribles que jamás haya visto”
"Pido misericordia, clemencia y compasión para un ser humano que ha librado una dura batalla en su vida y ruego no satanizarla ni señalarla, ¿quién en esta vida no ha pecado contra Dios? Que levante la mano quien no lo ha hecho", dijo su madre, Ketty Torres, ante el magistrado y los asistentes.
Minutos antes de que se decidiera la sentencia de su hija, tras referirse a Jailyn como un "ángel", el 18 de marzo de este año, su progenitora aseguró que Kristel enfrentó varias problemas de salud mental a lo largo de la vida que habrían sentado las bases para que, al perder la razón, cometiera el abandono.
“Su salud mental se vio afectada en más de una ocasión, pero entre trabajos, responsabilidades y el día a día, en un ir y venir no logró priorizar la importancia de un tratamiento continuo. Por lo que la depresión, la ansiedad y el trastorno de neurosis de conversión fueron ganando terreno en su vida”, manifestó.
"Cada persona es un mundo, y el mundo interior de mi hija se convulsionó. Sin darnos cuenta, la depresión, la ansiedad, la envolvieron hasta hacerle perder el juicio y la razón. Aquí está mi hija Kristel, que también tiene un motivo para seguir adelante, con la ayuda de ustedes, y esa razón se llama Amaya, que tiene 7 años y espera ver a su madre y abrazarla muy pronto", acotó el padre de la condenada, Klever Candelario.
Pese a los ruegos de ambos padres y a sus aseveraciones de que problemas de salud mental hicieron que su hija perdiera la razón y abandonara a la bebé al irse de viaje, el juez del caso condenó a Candelario a cadena perpetua sin libertad condicional.
“Así como no dejaste salir a Jailyn de su encierro hasta que murió, así también deberías pasar el resto de tu vida en una celda sin libertad. La única diferencia será que la prisión al menos te alimentará y te dará líquidos que la negaste”, aseguró el magistrado Brendan J. Sheehan.
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“Esto no fue simplemente un descuido, podrías haberla salvado. Solo necesitabas una llamada telefónica”, reprochó el juez a Candelario, poniéndole un fin a un caso judicial que acaparó titulares en medios internacionales y atrajo comentarios de sumo rechazo en redes sociales.
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