El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ordenó la víspera detener la ofensiva del Ejército ruso en Ucrania a la espera de una respuesta de Kiev sobre un proceso de negociación para detener la guerra, pero ordenó su reinicio tras acusar a su homólogo de negarse al diálogo, dijo hoy el Kremlin.
"Ayer, debido a la espera de las conversaciones con la dirigencia ucraniana, el comandante en jefe y presidente de Rusia ordenó detener el avance del grueso de las tropas rusas", afirmó el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov.
Según el representante del Kremlin, a pesar de ello, "en una serie de lugares continuaron los enfrentamientos contra grupos móviles de nacionalistas y seguidores de (el colaboracionista ucraniano Stepán) Bandera".
Sin embargo, aseveró, ante la ausencia de una respuesta de Kiev, Putin anunció este sábado la continuación de la operación.
"Por cuando la parte ucraniana rechazó en esencia las conversaciones, hoy se reanudó el avance de las tropas rusas en correspondencia con el plan de la operación", dijo Peskov.
La versión ucraniana difiere de la del Kremlin.
Anoche Kiev negó que rechace sentarse a la mesa de negociación con Rusia y aseguró que en esos mismos momentos las partes celebraban consultas sobre el lugar y la hora del posible diálogo para poner fin a la guerra lanzada por el Kremlin contra el país.
"Debo refutar las acusaciones de que nos hemos negado a negociar. Ucrania ha estado y sigue estando lista para hablar de un alto el fuego y la paz", señaló Sergii Nykyforov, portavoz del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en su cuenta de Facebook.
"Esta es nuestra posición constante. Estuvimos de acuerdo con una propuesta del presidente de la Federación Rusa. En estos momentos se están realizando consultas entre las partes sobre el lugar y hora del proceso de negociación", indicó
Sostuvo que, "cuanto antes comiencen las negociaciones, más posibilidades hay de volver a la normalidad".
La portavoz de Exteriores de Rusia, María Zajárova, dijo poco antes que las autoridades de Ucrania propusieron a Rusia conversar este sábado sobre las posibles negociaciones entre las partes y no quisieron avanzar en ese asunto el viernes.
Peskov dijo el viernes que Putin había aceptado la propuesta de Kiev de negociar y sugirió Minsk como sede de las conversaciones, a lo que Ucrania propuso Varsovia como lugar alternativo, tras lo cual "rompió la comunicación".
El mismo Zelenski declaró el jueves por la noche estar dispuesto a debatir la neutralidad de su país a cambio de unas garantías para Ucrania.
Las principales demandas de Rusia en materia de seguridad relacionadas con Ucrania se refieren a su desmilitarización y que el país vecino no ingrese jamás en la OTAN.
"No tememos a Rusia, no tememos a hablar con Rusia, a hablar de todo: de garantías para nuestro Estado, del estatus de neutralidad", dijo el mandatario ucraniano al respecto.
Desde el Ministerio de Exteriores ruso señalaron, a su vez, que las posibles negociaciones con Kiev no significarían necesariamente el fin de la intervención militar, cuyo objetivo es la "desmilitarización" y "desnazificación" de Ucrania.
Putin considera además que, en estas circunstancias, es más fácil negociar con los militares ucranianos, a los que llamó a sublevarse.
Les propuso "hacerse con el poder".
"¡Tomen el poder en sus manos! Por lo visto con ustedes será más fácil llegar a un acuerdo que con esa banda de drogadictos y neonazis que se ha asentado en Kiev y tiene secuestrado a todo el pueblo ucraniano", declaró el jefe del Kremlin en una reunión con el Consejo de Seguridad de Rusia.