Ambos se conocieron en la década de los noventa y convivieron juntos por un par de años en un departamento alquilado de Cleveland Tower, en Birmingham. Tras la muerte de Wainwright, en septiembre del 2018, Johnson, quien era su cuidador, escondió su cuerpo.
Según declaraciones que emitió ante la Corte de Derby Crown, recogidas por el medio británico BBC, el hombre "se vio superado por el dolor ante la muerte" y actuó de manera irracional.
Johnson ya había sido encarcelado provisionalmente durante dos años, a partir de mediados del 2020, cuando las autoridades hallaron el cuerpo de Wainwright metido dentro del congelador referido, que había sido trasladado desde el apartamento abandonado a un lote baldío, en Warwickshire, por trabajadores que pensaron que contenía comida podrida.
Tras la muerte, que habría ocurrido por causas naturales, Johnson ordenó un congelador, según indicó el tribunal del caso, en donde metió el cadáver de su conviviente, quien era una figura paterna para él. A sus familiares y allegados les dijo que el funeral ya había culminado, y a las autoridades no les mencionó nada en absoluto.
El fiscal del caso aseguró que Johnson no había estado "pensando racionalmente" tras el deceso de Wainwright y acotó que "con el paso del tiempo no había podido informar a las autoridades".
Tras el hallazgo, que devino de una investigación en el viejo departamento del sentenciado por problemas no relacionados al caso, se descubrió que la cuenta bancaria de Wainwright había sido utilizada por él después del fallecimiento.
No obstante, en la audiencia se destacó que habría existido un acuerdo entre ambos hombres de permitir acceso a la cuenta del otro en caso de que uno muriera.
El juez Shaun Smith explicó que impedir un entierro era un "delito inusual", acotando que no sugería que el acusado tuviera alguna implicación con la muerte de Wainwright.
"Si hubiera aceptado su muerte y hubiera actuado con normalidad, habría recibido un entierro bueno y digno", concluyó el juez, que lo sentenció a dos años de prisión.