Eric Darell Smith, de 30 años, secuestró a su propio bebé en Luisiana, Estados Unidos, para usarlo como escudo humano durante un tiroteo mortal con la policía. El hombre era sospechoso del femicidio de su expareja, Christin Parker, de 32 años, y de su sobrino Brandon Parker, de 26.
De acuerdo las autoridades de East Baton Rogue, Smith asesinó a tiros a los dos mayores de edad en su casa ubicada en la ciudad de Baker, la mañana del pasado lunes 3 de mayo. La hija de la mujer salió corriendo del domicilio y pidió ayuda a los vecinos tras escuchar disparos, alegando que, efectivamente, le habían disparado a su madre.
Una persona que vive cerca de la escena del crimen le dijo a la cadena WBRZ que cuando se acercó a la vivienda e intentó levantar a Parker para ver si podía ayudarla, se dio cuenta de que era muy tarde: “estaba sin vida y había demasiada sangre saliendo de su cabeza".
Smith habría secuestrado a su hijo de cuatro meses, La’Mello Parker, y escapó del lugar de los hechos en su auto. A partir de ese momento se desató una persecución con la policía, de unos 200 kilómetros, que atravesó dos estados enteros y terminó en la ciudad de Biloxi. En un punto el hombre había sostenido a su bebé como un escudo.
Smith murió por múltiples heridas de balas. El menor también fue herido y de inmediato se lo llevaron a un hospital, donde falleció al día siguiente. De acuerdo al forense del condado de Harrison, Brian Switzer, la causa de muerte fue “una sola herida de bala”.
“El menor sufrió heridas y fue trasladado a un centro médico local para recibir tratamiento. A pesar de los esfuerzos del personal médico, el niño falleció como consecuencia de las lesiones sufridas. Como se indicó, la investigación está en curso en este momento. Una vez que se complete una investigación exhaustiva, los detalles se entregarán a la Oficina del Fiscal de Distrito para su revisión”, dijo el Departamento de Policía de Biloxi en un comunicado el martes 4 de mayo.
Por ahora no se sabe a qué distancia se hizo el disparo.
Dos policías del estado de Misisipi, un ayudante del sheriff del condado de Harrison y un agente de Gulfport, que fueron implicados en la persecución, se encuentran de baja administrativa a la espera del resultado de la investigación.