Quito.- Los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de Brasil, Dilma Rousseff, coincidieron este miércoles 27 de enero en la importancia de fortalecer la integración regional y, en particular, la economía latinoamericana, para hacer frente al actual escenario de crisis internacional.
Los mandatarios se reunieron en Quito para revisar asuntos de la relación bilateral, pero aprovecharon la oportunidad para abordar temas como la incidencia en Latinoamérica del "complejo marco económico internacional", como lo llamó Rousseff.
La gobernante compartió con Correa una declaración pública al término de la reunión de trabajo en la que aludió a la "incidencia preocupante" de la caída de los precios de los comodities y a la desaceleración de la economía china, factores que, consideró, hacen necesaria una mayor unidad en América Latina.
"Además de las medidas internas que nuestros Gobiernos ya están adoptando, estamos de acuerdo en la necesidad de intensificar la cooperación económica y comercial entre los países de Latinoamérica y el Caribe para que podamos superar más rápidamente los retos impuestos por la crisis", señaló.
Y, en ese contexto, también subrayó la importancia de "estrechar aún mas" las relaciones bilaterales, para que "puedan servir como un puente para este camino que todos nosotros estamos enfrentando", apostilló.
Correa, de su lado, resaltó la determinación que Ecuador comparte con Brasil para "fortalecer la integración" regional por medio de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
En los procesos de integración Brasil siempre desempeñó un papel de liderazgo, según el gobernante ecuatoriano, quien aseguró que tales procesos son de una importancia singular "para enfrentar un contexto económico bastante difícil para los países latinoamericanos".
La reunión entre ambos gobernantes se produjo la víspera de la Cuarta Cumbre de la Celac, organismo de integración regional que este miércoles reunirá en Quito a jefes de Estado y delegaciones de los 33 países que conforman ese bloque.
Entre los asuntos de ámbito regional abordados por los dos gobernantes estuvo el eje Manta-Manaos, un proyecto de infraestructura que permitiría unir las costas del Pacífico y el Atlántico.
Se trata de "un sueño compartido en el que nos hemos atrasado", dijo Correa al destacar la "responsabilidad histórica" de avanzar en este eje y la necesidad de impulsarlo.
Con esa vía multimodal, dijo, las mercancías de Brasil podrían llegar a la costa del Pacífico sin pasar por el Canal de Panamá y desde allí podrían seguir su ruta hacia los mercados asiáticos.
Proyectos como el eje Manta-Manaos "son de beneficio multilateral" para la región y deberían ser impulsadas como "políticas de Estado", opinó Correa.
En lo bilateral, las delegaciones de ambos Gobiernos que acompañaron a los presidentes en la reunión de trabajo acordaron reunirse de nuevo en marzo para profundizar en algunos de los asuntos que abordaron, como los relativos a la mejora de las relaciones comerciales.
Según Correa, uno de los tres mayores déficit comerciales de Ecuador se da en su relación con Brasil, país con el que la nación andina tiene dificultades para hacer llegar exportaciones no petroleras, en particular el banano, el camarón y el atún.
Existen algunos problemas, de tipo fitosanitario en el caso de los dos primeros productos que, en opinión del mandatario, pueden "ser fácilmente superadas" y permitir a Ecuadoracceder a "ese mercado tan importante".
Correa también destacó la necesidad de Ecuador de obtener bienes de capital para fortalecer su tejido industrial como autobuses y camiones, productos de los que Brasil es productor, además de un importante proveedor de financiación regional.
El gobernante, en se sentido, señaló que el coeficiente de deuda pública de Ecuador sobre su producto interno bruto (PIB) se sitúa en torno al 32 % o 33 %, un índice "perfectamente manejable", consideró al resaltar la conveniencia de obtener financiación de países como Brasil.