“En un circo decadente y miserable, donde todos los días se respira violencia, promiscuidad y desgana, coexisten tres mujeres de clase baja y nación oprimida”. Así el director y fundador del
Trasto Teatro, Raúl Cortés, cuenta la cruda realidad dentro de un circo, donde al parecer no todo es risa.
'La Trapecista Muda', 'La Mujer del Domador' y 'La Contorsionista Retirada' son los personjes de la obra
"Contadoras de garbanzos", dirigida por Pilar Aranda y Santiago Roldós, y que
se presentará hasta finales de febrero (solo sábados y domingos) en el salón de danza del ITAE.
Cortés, quien pertenece a la generación del
Teatro de la Decepción, considera que el teatro debe recuperar la vinculación con la sociedad, una buena característica para entender esta historia radical, de diálogos tensos, palabras fuertes y actitudes excesivas.
Esas tres mujeres viven un mundo acabado detrás de la carpa. Adriana Fuentes es 'La Mujer del Domador', una joven con esperanzas inciertas, abusada por el dueño del circo, llena de miedos y donde su única función es contar 43 garbanzos (ni más ni menos) para servir a su marido.
Fuentes es quizás el centro de esta historia.
Su drama, desesperación y llanto por el deseo de escapar de ese sitio se desarrollan durante toda la obra. Sus discusiones y desacuerdos con 'La Contorsionista Retirada' -papel interpretado por Estefanía Rodríguez- son de gritos y golpes, tantos que la angustia llega al público.
Esta última mujer teme llegar a los 50 y no tener a alguien que la espere en casa. Se aferra a la carpa, a la feria y a su imagen.
También está el papel de Bárbara Fernandes, 'La Trapecista Muda', porque la contorsionista “le arrancó la lengua”. Aunque su papel es un poco más libre, su rostro y mirada no son de felicidad.
Así, la obra de Cortés va tomando forma, en un escenario con montaje clásico, pequeño, pero acorde a un mundo miserable que intenta mostrar
un circo donde ya ni funciones hay. (
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