Pese a que tiene tan solo semanas de vida, Meg ya es una víctima más de la crueldad de humanos. Separada demasiado pronto de su madre y reponiéndose de quemaduras, lucha junto a veterinarios de la Fundación Proyecto Sacha para volver a la libertad. “Entre junio y diciembre se realiza la quema de canteros de la industria azucarera. En este periodo de tiempo nosotros recibimos a mamíferos que logran salir con quemaduras”, explica la doctora Eliana Molineros, fundadora de la organización referida. Al riesgo que implican para esta especie dichos espirales de fuego desencadenados se suma el de la mascotización y la extracción de crías cuando, de forma equívoca, son consideradas perdidas. Esconderse y cazar sus presas son acciones que Meg habría aprendido naturalmente mientras su madre la cuidaba y habilidades fundamentales para su supervivencia en libertad. Por ahora, sin embargo, no es capaz de realizarlas. Si bien este conocimiento le es impartido de forma técnica por especialistas, siempre cabe la posibilidad de que la alteración en su desarrollo sea tan grande que Meg no demuestre ser apta para regresar a la vida silvestre y quede condenada a vivir en cautiverio. Conoce su historia y conviértete en un agente de cambio contra todos los eslabones de la cadena de maltrato de fauna silvestre dando clic en este enlace: https://v.vistazo.com/4ccSGdF Suscríbete a Vistazo en https://suscripciones.vistazo.com/ Visita nuestro sitio web: https://www.vistazo.com/