El dictador norcoreano Kim Jong-un ordenó confiscar los perros domésticos de Pyongyang por considerarlos un símbolo de la “decadencia capitalista”, mientras que los dueños de las mascotas temen que la medida haya sido dictada para enfrentar la escasez de alimentos en la nación.
Kim emitió la directiva en julio para secuestrar a las mascotas, alegando que eran parte de “una tendencia ‘contaminada’ por la ideología burguesa”, dijo una fuente anónima a la edición en inglés de Chosun Ilbo, un periódico surcoreano.
Las mascotas fueron adoptadas durante los últimos años por las clases altas del régimen al ser vistas como un símbolo de poder económico y sofisticación, y se popularizaron tanto que incluso aparecieron en las telenovelas de la televisión estatal.
“La gente común cría cerdos y ganado en sus porches, pero los funcionarios de alto rango y los ricos tienen sus propias mascotas, lo que avivó cierto resentimiento” entre las clases bajas, dijo la fuente al diario surcoreano. ”Las autoridades han identificado hogares con perros de compañía y se está obligando a que sean entregados o confiscados por la fuerza y sacrificarlos”, publica el portal INFOBAE.
La fuente anónima agregó que los dueños de los perros están “maldiciendo a Kim Jong-un a sus espaldas”, ya que temen que los animales sean usados para alimentar a la población en un país en el que, según estimaciones de la ONU, alrededor del 40 por ciento de los habitantes necesitan ayuda alimentaria.
La carne de perro se ha considerado durante mucho tiempo un manjar en la península de Corea.
H asta ahora se creía que el propio Kim Jong-un era un amante de los perros. En noviembre de 2018 el dictador le regaló una perra de caza llamada Gomi al presidente surcoreano Moon Jae-in como muestra de distensión en las relaciones entre las dos naciones.