Creadora de la ‘terapia organizacional’ para compañías que atraviesan cambios, la guayaquileña Beatriz Manrique se convirtió este año en la primera ecuatoriana que participa en el encuentro de ‘Family Business Network’, una federación que reúne cada año a familias empresarias de unos 65 países alrededor del mundo.
Manrique, que se abrió un espacio entre los expositores enviando su currículo y propuesta a la organización, ahondó en la resiliencia familiar como fuente de la cultura o valores que guían la empresa.
Su visión: las compañías deben recuperar sus historias de lucha y transmitirlas para “alargar los valores de la familia” y garantizar la permanencia del negocio.
Historias que se alimentan de dichos que se trasmiten entre generaciones y que la consultora los ha escuchado dentro de varias empresas: 'la vida depende del color del lente con que la mires’; ‘la buena suerte no existe, tú labras tu destino’ o ‘la moneda es redonda, así como viene se va’.
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En el Ecuador, se calcula que alrededor del 90% de las empresas registradas son de origen familiar; es decir, unas 55 mil. Generan alrededor del 60% del empleo privado y su aporte productivo representa un 40% del Producto Interno Bruto (PIB).
Una larga trayectoria como sicoterapeuta familiar le condujo a Beatriz Manrique a la creación de una herramienta sobre la que tiene derechos de autor: la ‘terapia organización’, que previene y soluciona los problemas de comunicación y de relaciones humanas dentro de las empresas.
Fue su experiencia personal el punto de partida de este proceso. Luego de trabajar 16 años en un colegio del que su madre era socia, y donde esperaba asumir el mando, le llegó la inesperada noticia: el negocio se vendía.
“¿Lo quieren comprar?”: la pregunta de su madre les quitaba -a Beatriz y a su hermana- la categoría de ‘herederas’ y les ponía los pies sobre la tierra. Los valores familiares guiaron su reacción. “Mi padre, un médico muy humanizado, me enseñó que ‘de la carencia nace la fuerza’; y mi madre, en cambio, es de las que ‘donde pone el ojo, pone la bala’, perseverante y disciplinada”.
En el 2004, fundó entonces -junto a cuatro socias- Cinco Sentidos: una consultora organizacional que lleva la experiencia de la sicoterapia sistémica a las dinámicas empresariales; sobre todo a aquellos momentos de cambio, en los que el manejo de las emociones es determinante.
En ese entonces, recuerda, todavía era común que los cambios dentro de las empresas se dieran “porque el dueño les pagaba a las personas para que los ejecutaran”. Aunque todavía es lento, el cambio ya se experimenta; “muchos años me dije: qué hago aquí”.
También creó, posteriormente, ‘Club de Líderes’: una academia de liderazgo “que forma a los jóvenes en inteligencia emocional, en la conciencia de lo que sienten, de lo que piensan y del impacto que pueden generar en los demás”.
Finalmente, subraya, la habilidad de adaptación y de gestión del cambio es, hoy en día, la número uno entre las más valoradas.