La mañana de este 8 de julio, el alcalde en funciones de Quito, Jorge Yunda, se refirió a las razones por las cuales se dio la suspensión del proceso que buscaba removerlo de la alcaldía. El burgomaestre de la capital calificó las investigaciones como “llenas de vicios” y que han “atropellado sus derechos”.
El pasado 7 de julio, el juez de Pichincha, Carlos Enrique Soto, dejó suspendido el proceso de remoción de Yunda, bajo la premisa de que existía una “notoria vulneración de los derechos constitucionales”. No obstante, previamente el proceso había sido aprobado por el Concejo Metropolitano y ratificado por el Tribunal Contencioso Electoral.
A cambio, Soto le otorgó las medidas cautelares.
Yunda ha argumentado en una entrevista con Expreso, que el juzgador, el vicealcalde Santiago Guarderas, “no fue imparcial” y que “quiere entrar en la alcaldía por la ventana”. Además, lo acusó de traición, pues ambos llegaron a los puestos públicos juntos, bajo el ala de Unión Ecuatoriana.
“Que gane en las urnas, pero no voy de dejar que entren por la ventana y se repartan el municipio. El vicealcalde entra de mi mano, come de mi mamo y me traiciona. Busca la posibilidad de entrar por la ventana”, recalcó Yunda esta mañana.
AFERRADO AL PODER
El actual alcalde en funciones se defendió de las acusaciones de que se “aferra al poder” diciendo que en el 2019 fue elegido “libre y democráticamente” en las elecciones seccionales de ese año. Sin embargo, la ciudadanía ha empezado a mostrar su descontento con la administración del médico y radiodifusor.
En enero de este año, antes de que estallara la investigación y el proceso por peculado, apenas el 23% de los quiteños estaban contentos con la gestión de la capital. Asimismo, entre mayo y junio solo el 1,22% de ciudadanos creía que su gestión fue muy buena.
Expertos como el urbanista Fernando Carrión han argumentado que Yunda tuvo una primera caída de popularidad tras las protestas indígenas de octubre de 2019. Sin embargo, se recuperó en las fiestas de Quito, el fin de año y los primeros meses de la pandemia. Después se vinculó alcalde con la adquisición de pruebas covid-19 “de baja sensibilidad” y posteriormente se revelaron los chats de su hijo Sebastián, que afirmaban la existencia de peculado en el municipio.
Sobre su baja popularidad, Yunda dijo que, si bien ha tenido que enfrentar discusiones con la ciudadanía, las encuestadoras no son infalibles y negó que las pruebas que adquirió tenían “baja sensibilidad”, indicando que quienes tomaron las pruebas no estaban verdaderamente capacitados para manejarlas.
Además de tener un proceso judicial en su contra, varios ciudadanos refuerzan la teoría de que el burgomaestre está “aferrado al poder” porque existe una disparidad evidente de discursos entre lo que dice Yunda y lo que dice el Consejo Metropolitano. Y es que otros expertos han señalado que el Consejo de Quito es una entidad totalmente fragmentada a la que Yunda apenas pudo lograr poner tres funcionarios aliados a sus ideales.
En una conversación con VISTAZO, Carrión señaló que el exceso de burocracia en el sistema de gestión municipal de Quito -con 21 concejales y más de 22 mil funcionarios que se llevan el 30% del presupuesto- es una de las puertas de entrada de la corrupción.
Yunda actualmente se manifiesta diciendo que el Consejo no puede sacarlo de la alcaldía, sino los ciudadanos que lo han elegido. “Existe una revocatoria de mandato, en la que el pueblo lo quita del poder en las urnas. Los concejales solo presentan proyectos y fiscalizan”, argumentó.
OBRAS, OTRA PROBLEMÁTICA
Sin embargo, tanto Yunda -que dice haber trabajado por el bien común- como los concejales, se acusan mutuamente de no presentar proyectos para la ciudad.
El actual alcalde despejó los rumores de que había firmado contratos favoreciendo a empresas, ni presenta proveedores, porque hay un equipo encargado de ello. De la misma forma, recordó que el Metro de Quito no es su obra, sino que parte desde hace tres administraciones.
“Una obra de 2 mil millones de dólares es un proceso largo” dijo Yunda, quien, tras la paralización mundial por la pandemia de coronavirus, ordenó continuar con la construcción del Metro.
El funcionario ha retornado a la alcaldía, a un puesto que antes le había ayudado a no ir a la cárcel. Sin embargo, negó que el municipio le esté blindando el ir a la cárcel: “Me quedo porque me eligieron en las urnas, en el proceso judicial sabremos defendernos”, dijo.
Argumentó que, si se lo remueve del cargo, se quedará en el país y volverá a sus actividades.
“Si atropellan a mis derechos y me remueven de un cargo que me gané en las urnas, desde mi empresa seguiré litigando”