Yachay debió ser el epicentro de una Ciudad del Conocimiento al estilo Silicon Valley en Ecuador. Ahora, con algo más de mil estudiantes, ha recibido una inversión total que supera los 602 millones de dólares, según documentó un informe de Fiscalización de la Asamblea.
Un año de estudios en una de las universidades particulares más caras de Quito cuesta alrededor de 10 mil dólares. El Estado invierte 7.000 dólares por año en cada estudiante de Medicina que cursa en las universidades públicas. En Yachay, la Universidad del Conocimiento inaugurada en 2014, por cada uno de los estudiantes matriculados el Estado invirtió 301.500 dólares.
La cifra proviene de dividir lo invertido hasta el momento, para el número total de estudiantes, entre graduados y matriculados en Yachay. Los valores constan en el informe final que la vicepresidenta de la Comisión de Fiscalización, Ana Belén Cordero, presentó a título personal a inicios de marzo. A pesar de que el documento es el resultado de ocho meses de trabajo, no tuvo el aval de toda la Comisión. ¿Explicaciones? La nueva mayoría de la fanesca socialcristiana, correísta y el ala resabiada de Pachakutik no validó el documento final.
¿La universidad más cara del planeta? Veamos ejemplos. Un año de estudios en el MIT, Instituto Tecnológico de Massachusetts -la mejor escuela superior del mundo según varios rankings- cuesta 80 mil dólares, valor que incluye desde alojamiento hasta alimentación, pasando por la colegiatura y el material de estudio. Menos de 5.000 son los estudiantes privilegiados de este centro fundado en 1861.
Las expectativas laborales son prometedoras, al terminar la carrera: el graduado promedio empieza ganando 82 mil dólares por año en su primer trabajo. Las empresas fichan a los estudiantes desde las aulas universitarias para enrolarlos.
Bastante menos cuesta un año de estudios en la Universidad de Oxford, uno de los centros universitarios más antiguos (y prestigiosos) del mundo. Pero, ¿qué pasó en Yachay, la universidad dorada del Ecuador? El informe de la Vicepresidenta de la Comisión de Fiscalización pone los puntos sobre las íes. Si bien analiza la situación de las universidades emblemáticas, creadas durante la Revolución Ciudadana, los hallazgos son más alarmantes en Yachay. Aquí los revelamos.
MEGAINVERSIÓN
Más de 602 millones de dólares fueron invertidos en Yachay en seis años de creación. Cierto es, se trataba no solo de una universidad emblemática de la Revolución Ciudadana. Era el megaproyecto de una Ciudad del Conocimiento, que incluía desde la expropiación de tierras, consagradas en el pasado a la producción de caña de azúcar, hasta las obras de alcantarillado necesarias para esta infraestructura.
Se consideraba que los profesores irían a vivir en la Ciudad del Conocimiento con sus familias, por eso, estaba prevista la construcción de centros de cuidado infantil. Una suerte de Silicon Valley criollo.
Hoy, la infraestructura está a medias. “La Universidad de Investigación de Tecnología Experimental Yachay Tech, hasta la fecha no posee la infraestructura adecuada para poder incrementar el número de estudiantes y cupos ofertados; puesto que, como hemos podido corroborar con la comparecencia del rector -José Lalama-, la institución posee únicamente 22 aulas para los 1.357 alumnos actuales”.
Durante la comparecencia, el actual rector reveló a la Comisión que la Senescyt le pidió abrir 450 cupos, “No lo pude apoyar porque no hay aulas, es imposible tener en 22 aulas a 1.087 estudiantes, no es posible, peor en una época de pandemia ... solamente trabajamos a un 50 por ciento”. En cuatro promociones se graduaron 450 estudiantes. Aparte de los 1.087 en carrera había 270 en nivelación.
“Queda demostrada la incapacidad de las comisiones gestoras que desde 2014, cuando inició el proyecto ‘Ciudad del Conocimiento Yachay’ y la Comisión Interventora y de Fortalecimiento Institucional (CIFI), se han dedicado a todo menos a su deber primordial que era trabajar por llevar a cabo políticas que incentiven el crecimiento de la comunidad estudiantil”, sentencia el informe.
Queda documentado el despilfarro de los primeros años de gestión. El presupuesto anual en sueldos era superior al millón de dólares en 2014. En 2015, el rector ganaba más de 16 mil dólares mensuales. En 2016, se destinaron 1,8 millones de dólares para sueldos. En la comparecencia de las actuales autoridades universitarias a la Comisión, se determinó que, de inicio, el decreto presidencial había fijado en 25 mil dólares el valor del sueldo del rector, en un intento por captar a los mejores Ph.D’s del mundo. Solo en los últimos años se revisó el escalafón salarial, para adaptar los salarios al contexto nacional actual. Para 2021, el monto destinado en salarios no superó los 150 mil dólares, según relató el actual rector ante la Comisión.
CIUDAD EN PLANOS
Los años dorados para Yachay fueron los dos primeros. En 2016 tuvo un presupuesto de 36 millones de dólares. Para 2021, algo superior a 12 millones de dólares. Durante la comparecencia de autoridades, el presidente de la Comisión de Fiscalización, Fernando Villavicencio, replicó que tuvieron 36 millones de dólares cuando había 500 alumnos; hoy, con la tercera parte del presupuesto, tiene el doble de estudiantes.
De la investigación se establece que no hubo falta de gestión para aumentar el número de estudiantes en Yachay. La falta de infraestructura fue el principal problema. Según reconoció el rector, “cuando nos toque traer a nuestros estudiantes a la universidad, no hay sitios dónde alimentarse, esos muchachos dónde van a tomarse una botella de agua... antes había contratos con cadenas de restaurantes, ahora no funciona ninguno de ellos, y la residencia universitaria se está deteriorando”.
La autoridad de control emitió 20 glosas por presuntas irregularidades administrativas. Entre ellas, una exrectora encargada, una profesora extranjera de medio tiempo y un investigador, cuyos familiares percibían viáticos con recursos públicos.
En teoría el proyecto global de la Ciudad del Conocimiento debía recibir una inversión de 1.041 millones de dólares, en 21 años, contados hasta 2032. Todo el complejo debía ocupar 4.270 hectáreas.
Para 2032, Yachay debía alcanzar 30 mil estudiantes, un número igual a las tres cuartas partes de la población estudiantil de la Universidad Central del Ecuador.
“Se realizó un gasto exorbitante en un proyecto sobredimensionado”, concluye el informe. En octubre de 2021, la Comisión visitó el campus en Urcuquí; encontró 10 edificaciones en distinto estado de avance, menos del 30 por ciento concluidas, en casi 27 hectáreas. Además, bienes embodegados, como computadores, microscopios, una treintena de colchones.
De la proyectada Ciudad del Conocimiento, unas 600 hectáreas están arrendadas. “La Senescyt no ha podido recibir este dinero al no tener el título de propiedad de estas tierras; hay otras 294 hectáreas invadidas, hay personas que intentaron llegar a un acuerdo para arrendamiento, pero no pudieron lograr un acuerdo con las extintas empresas Yachay EP y Siembra EP”.
En efecto, la administración de los proyectos productivos estaba en manos de entidades públicas que ya fueron cerradas. De hecho durante el traspaso de bienes se suscitaron novedades, como el registro de activos sobrevalorados, como el caso de los carros registrados como los más caros del planeta, en papeles.
Según reveló el titular de la Senescyt, Alejandro Ribadeneira a la Comisión, en los asientos contables se registraron inconsistencias, “cuatro vehículos Suzuki SZ, cada uno con un valor contable de 141.352 dólares, adicionalmente una camioneta DMax por un valor de 79.867 dólares y otra por 65.916 dólares”.
Y sin hablar de la súper computadora ahora en desuso. “Tenemos un súper computador que vale bastantes millones de dólares, pero no hay el dinero para el mantenimiento”, consta en el informe de la Comisión.
No es el único problema. La Embajada de Estados Unidos otorgó un premio para la construcción de un museo donde se deben exhibir 58 mil piezas arqueológicas que pueden cambiar el relato de la historia del pueblo Karanki. “Qué problema, tenemos el dinero pero no tenemos dónde construir el museo porque nadie sabe a nombre de quién está la tierra”, reveló la autoridad del centro, durante su comparecencia.
“Es una ciudad, un proyecto creado en el país equivocado, Ecuador no estaba preparado para entender el proyecto de Ciudad del Conocimiento”. Es la conclusión del actual rector de este centro. Y no puede ser más contundente.