Guillermo Lasso juró este lunes como nuevo presidente de la República, para los próximos cuatro años, en una ceremonia efectuada en la Asamblea Nacional, en Quito, a la que asistieron altas autoridades de varios países amigos.
Este "es un día de renovación porque el Gobierno que hoy nace tiene la responsabilidad de liderarnos hacia un nuevo siglo de republicanismo", dijo Lasso en su discurso de investidura en el que prometió que trabajará por los sectores más vulnerables de la sociedad
Lasso también se refirió a la condiciones en que recibe el país. "Hoy recibimos un país con históricos niveles de desempleo. Un país que ha deslumbrado por su incapacidad para hacer frente a una pandemia brutal, pero que países en similares condiciones encararon de forma más ordenada, eficiente, y libres de corrupción".
En ese sentido, el mandatario cuestionó: "¿por qué tenemos una tierra tan rica, pero ciudadanos tan pobres? (...) Las preguntas pueden ser miles. Pero la respuesta es solo una. Siempre es la misma. Y es que nuestros gobernantes nos han fallado" y "cedieron a la peor de las debilidades políticas: la tentación autoritaria. Se dedicaron al obsceno culto del caudillo, aquel “mesías” que supuestamente todo lo sabe".
Pero, advirtió que todo eso cambia este 24 de mayo. "En este Gobierno que hoy nace, en este nuevo siglo de republicanismo que estamos a punto de arrancar, termina la era de los caudillos. Hoy reivindicamos este día glorioso e iniciamos la lucha para recuperar el alma democrática de nuestro país".
NO HABRÁ PERSECUCIÓN
"No perseguiremos a nadie. No callaremos a nadie. Gobernaremos para todos. Esto significa no gobernar a favor de un sector privilegiado, pero tampoco en contra de nadie. Tengan la opinión que tengan, hagan la crítica que hagan", aseguró Lasso.
Y agregó que se acabó la persecución política en el Ecuador. "Yo no he venido a saciar el odio de pocos, sino el hambre de muchos", aseveró.
También dijo que el "gran cambio pacífico" en Ecuador ha maravillado al continente y que todo es producto de la democracia. "Lo que sucedió fue la democracia en sí misma. Luego de más de diez años de autoritarismo, de agresiones, de intentos por instaurar un régimen perpetuo, los ecuatorianos asimilamos la más grande lección democrática: que no hay democracia sin participación".
Según Lasso, más de catorce años después, en Ecuador aprendimos que sólo hay una respuesta posible ante el autoritarismo: "democracia, democracia y más democracia. Juntos decidimos ahogar el mal en abundancia del bien". Y aseguró que hoy inicia el camino al Ecuador del Encuentro.